CARTOGRAFÍAS DIGITALES DE LAS
REDES TRANSNACIONALES
LGBTQ EN LATINOAMÉRICA A TRAVÉS DEL ARCHIVO DE
ROBERT
ROTH
Robert Roth fue un activista neoyorquino que, en la década del setenta, mantuvo una prolífera comunicación epistolar con organizaciones queer de todo el globo. Sus cartas son un valioso acercamiento a la vida y a las políticas de los activistas de los frentes de liberación latinoamericanos. Este artículo analiza las redes transnacionales construidas por estos activistas y presenta un proyecto de visualización y acceso digital a algunos de esos documentos.
29 abr 2020
Rafael Cruet (a la derecha), portando la pancarta de la
Comunidad de Orgullo Gay de Puerto Rico en el desfile del orgullo de Nueva York
en 1975, junto a Armand de Fluvià. Archivo Armand de Fluvià.
El Frente de Liberación
Homosexual argentino desde el archivo de Robert Roth
Las cartas intercambiadas entre Héctor Anabitarte, como
representante del Frente de Liberación Homosexual de la Argentina, y Robert
Roth, como mediador con las organizaciones estadounidenses, responden al
incremento de la violencia política y estatal en Buenos Aires. Así como el
período de mayor producción editorial del frente -ligado a la edición de la
revista Somos entre 1973 y 1976- no coincidió con el momento de apogeo
del frente sino con el de mayor deterioro, en el marco del aumento de la
violencia policial, en el caso de las comunicaciones epistolares ocurre lo
mismo. El FLH adquirió un papel más activo apelando y conectando con otras
organizaciones homólogas en otros países precisamente a medida que sus
posibilidades de acción en el contexto local de Buenos Aires fueron
disminuyendo por causa del terrorismo estatal.
En una carta de junio del 74, Anabitarte compartía con
Roth uno de los ejemplares de Somos qué, como acabamos de mencionar, en
estos momentos cumplía un papel fundamental al mantener viva la llama del FLH
en condiciones de aumento exponencial de la violencia, y un ejemplar del
periódico Homosexuales (del que se publicó un solo número), la
publicación anterior a Somos. Anabitarte tenía el interés de que las
publicaciones coordinadas por Roth cumpliesen un papel de proyección
internacional de las actividades del FLH dándolas a conocer como forma de
recabar apoyo canalizado a través del National Gay Task Force.
Estos mecanismos de apoyo respondían a las dificultades
operativas en el contexto local. Anabitarte daba una imagen vívida y detallada
de los episodios diarios de violencia que socavaban las posibilidades de
colaboración entre el FLH y la izquierda militante en las cuales se había
basado su estrategia de expansión anteriormente. Por ejemplo, tres delegados
obreros habían sido fusilados en un local del Partido Socialista de los
Trabajadores, de orientación trotskista. A los pocos días, un joven comunista
había sido asesinado mientras pegaba carteles. La policía había arrestado a un
grupo de exiliados uruguayos, y los homosexuales seguían siendo arrestados y
enviados a la cárcel de Devoto.
Ante estas dificultades operativas las redes
transnacionales proporcionaban una alternativa de proyección. Anabitarte
explicaba que había contactado con los grupos de México, posiblemente el Frente
de Liberación Homosexual de ese país, y con un grupo de liberación sexual
portugués que resulta difícil identificar dada la ambigüedad con la que la
carta se refería al mismo. La vaguedad en la descripción e identificación de
los grupos puede deberse en parte al hecho de que estaban en una situación muy
embrionaria. Muchas veces se utilizaba el término genérico “movimiento
homosexual” para referirse a reuniones informales de personas que intentaban
poner en práctica la toma de consciencia homosexual a través de grupos de
reflexión como primer paso hacia el cambio social transformador.
Es decir, el uso de las categorías en estas cartas
pretende dar una impresión de formalización e institucionalización del
movimiento que no corresponde por completo al estadio inicial en el cual el
mismo se encontraba en diferentes contextos locales. Se trataba más de un
lenguaje de aspiraciones que de realidades, pero también se podría argumentar
que performar una realidad de formalización del movimiento fue lo que
permitió la expansión efectiva del mismo.
La correspondencia de Roth también atañe y refleja los
intentos de individuos particulares de conectar con el movimiento gay tanto a
nivel transnacional como local en Buenos Aires. El 23 de noviembre de 1975 Roth
contestó una carta que un joven estudiante universitario argentino había
enviado a la Mattachine Society. En esta carta, Roth mencionaba la relación
entre los lazos afectivos que había establecido a nivel personal con su compañero
dominicano y su interés en el activismo latinoamericano, lo que demuestra la
estrecha correlación entre lo personal y lo político en la construcción de las
primeras redes de apoyo mutuo.
En un segundo párrafo, Roth explicaba que el Frente de
Liberación Homosexual continuaba sus actividades de forma clandestina usando
como su dirección la del National Gay Task Force en Estados Unidos, aunque para
ahorrarle molestias a su destinatario también le facilitaba la dirección
personal de Héctor Anabitarte en Lanús, poniendo de relieve los dos niveles
operativos de estas redes, que a nivel oficial mantenían la clandestinidad,
mientras que de forma informal circulaban información de carácter personal. Por
último, Roth le recomendaba a su destinatario entrar en contacto con el grupo
puertorriqueño Comunidad de Orgullo Gay (COG). El COG estaba planeando una
conferencia internacional de grupos latinoamericanos que se celebraría en
español y contaba con la ventaja organizativa de no tener que operar de forma
clandestina, lo cual tuvo efectos muy significativos que seguiremos analizando
a continuación.
Carta de Robert Roth. Noviembre de 1975. Caja 6, Carpeta
16, Robert Roth Papers, Division of Rare and Manuscript Collections, Cornell
University Library.
Para apreciar el papel de Robert Roth en la circulación
de recursos e información, también podemos prestar atención a una carta que le
envió a Héctor Anabitarte el 15 de febrero de 1976. A modo de cortesía, la
carta comienza con un párrafo en el cual Roth le hace saber a Anabitarte que
Carlos y Marcos, ambos residentes en Buenos Aires, lo mantienen al tanto de los
acontecimientos locales y le hacen llegar los últimos números de Somos,
la publicación del FLH de la cual Roth era un gran admirador, y a la cual se
ofrece a apoyar como suscriptor. En segundo lugar, Roth ponía a Anabitarte al
día sobre el papel del National Gay Task Force de canalizar la correspondencia
que el FLH sólo podía recibir clandestinamente, avisándole de que la misma
llegaría próximamente. En el apartado de buenas noticias, Roth compartía la
información de contacto de un nuevo grupo activista formado en San Pablo.
A continuación, tocando en el terreno personal, hablaba
del viaje que él y su pareja iban a realizar al Caribe, concretamente a México,
Puerto Rico, y República Dominicana. Por último, la carta detallaba la
publicación en San Francisco de un número especial dedicado a
Latinoamérica de la revista Gay Sunshine.
Tapa del número especial dedicado a Latinoamérica de la
revista Gay Sunshine. Fuente: Archivos Desviados.
Esta carta, en definitiva, revela la efervescencia de los
movimientos y publicaciones activistas en los años setenta, tanto en
Latinoamérica como en Norteamérica, y como las relaciones entre los miembros de
estas redes entrelazaron los intereses personales, afectivos, eróticos, y
políticos. Es difícil concebir la expansión de estas redes sin tener en cuenta
los viajes de los diferentes partícipes–a menudo por motivos de placer–las
relaciones afectivas entre personas como Roth y su compañero hispanoparlante, o
el cariño mutuo que estas cartas transmitían y que se iba construyendo a través
de cada uno de los intercambios de esta correspondencia.
Carta de Robert Roth a Héctor Anabitarte. Febrero de
1976. Caja 6, Carpeta 16, Robert Roth Papers, Division of Rare and Manuscript
Collections, Cornell University Library.
La respuesta de Anabitarte el día 23 de febrero de 1976,
aunque breve, daba cuenta de que él mismo concedía una relevancia considerable
a este intercambio. En primer lugar, la respuesta se dirigía tanto a Robert
Roth como a su pareja, creando un lenguaje de complicidad en torno a la
sociabilidad y relaciones sexo-afectivas entre personas del mismo sexo, y
reconociendo a la vez el papel de la pareja de Roth como traductor y mediador
cultural. En la carta, Anabitarte confirmaba que el FLH argentino había entrado
en contacto con sus homólogos brasileños; pedía más información acerca del
número de Gay Sunshine que hablaba sobre el FLH; enviaba uno de los
ejemplares de Somos; y agradecía la solidaridad para con los presos de
Devoto. En definitiva, estas cartas apuntan a la multi-direccionalidad de estos
intercambios y al apasionamiento con que las organizaciones aprendían las unas
de las otras y encontraban aliento en el surgimiento de grupos homólogos en
países vecinos, lo que parecía apuntar a un cierto cambio irreversible en las
potencialidades de movilización por la liberación sexual.
Carta de Héctor Anabitarte a Robert Roth. Febrero de
1976. Caja 6, Carpeta 16, Robert Roth Papers, Division of Rare and Manuscript
Collections, Cornell University Library.
En los días y meses siguientes, a medida que el ambiente político se enrarecía en Argentina y la amenaza de un golpe de estado se hacía cada vez más presente, las expresiones de solidaridad desde diferentes puntos de América Latina y el Caribe se hicieron más comunes. Así se refleja en otra carta de Roth a Anabitarte enviada el 14 de marzo de 1976, apenas diez días antes del golpe de estado que inauguraría el auto-denominado “Proceso de Reorganización Nacional” en Argentina. Primeramente, Roth agradecía el envío del ejemplar número 6 de Somos, que se seguía difundiendo por canales restringidos más allá de las fronteras de Argentina. En agradecimiento, Roth enviaba de regreso un ejemplar de Gay Sunshine que trataba sobre el movimiento homosexual latinoamericano. Roth escribía esta carta a su regreso de su viaje por el Caribe, durante el cual aprovechó para estrechar los lazos con las organizaciones caribeñas. Así, confirmaba que el grupo puertorriqueño, Comunidad de Orgullo Gay (COG), dirigido por Rafael Cruet, había recibido información de Buenos Aires acerca de los presos homosexuales, posiblemente aquellos enviados a la cárcel de Devoto.
Como ya hemos mencionado, Cruet cumplió en esta década un
papel esencial de articulación de las redes transnacionales del activismo LGTB.
En este sentido, estas redes deben resituarse y re-mapearse teniendo en cuenta
el papel de apoyo, mediación, y traducción que a menudo jugó el movimiento
puertorriqueño al conectar las organizaciones suramericanas y estadounidenses.
Cruet, según la carta de Roth, seguía intentando indagar sobre la situación del
activismo argentino dada la creciente amenaza represiva. De hecho, la Comunidad
de Orgullo Gay puertorriqueña asumió el papel de canalizar la correspondencia
del Frente de Liberación Homosexual de México para evitar la posibilidad de
persecución policial.
De este modo, la dirección oficial del FLH mexicano fue
en este momento la del COG, aunque Anabitarte contaba con la dirección privada
de sus líderes, con los cuales podía comunicarse directamente siempre y cuando
no incluyese el nombre del grupo en el sobre. Roth también facilitaba la
información de contacto de Amnistía Internacional en Londres, que en los
setenta tuvo un papel muy activo en denunciar y prevenir abusos policiales y el
terrorismo estatal en Latinoamérica en el contexto de la guerra fría. El
objetivo de facilitar la información de contacto de Amnistía Internacional al
FLH argentino era incorporar la denuncia de la represión de las sexualidades
disidentes dentro del marco del discurso de los derechos humanos que cada vez
cobraba más fuerza como plataforma común de grupos opositores. Por último, Roth
se despedía usando de nuevo las fórmulas de cariño qué destacaban la
importancia de las políticas del afecto en la formación de estas redes.
Una vez en el exilio, Ricardo Lorenzo Sanz y Héctor
Anabitarte escribieron a Roth desde su nueva residencia en San Lorenzo del
Escorial. Las razones por las que habían abandonado Buenos Aires no solo tienen
que ver con la militancia homosexual; sino también con el hecho de que
Anabitarte tenía una larga trayectoria de militancia dentro de los sindicatos
del servicio postal y dentro del Partido Comunista. Tras una serie de travesías
que los llevaron por Uruguay antes de llegar a España, Ricardo y Héctor
intentaron continuar las actividades del FLH en el exilio. En este sentido, su
carta de enero del 78 proporciona a Roth la información esencial para continuar
este intercambio.
En primer lugar, le facilitan su información de contacto
personal, aunque pidiéndole que mantenga toda la discreción posible, ya que
España se encontraba en una situación de cierta ambivalencia en cuanto al estatus
de la militancia homosexual. La Ley de Peligrosidad que desde principios de los
setenta establecía penas de internamiento, exilio, y vigilancia para los
homosexuales seguía vigente, aunque en la práctica los jueces optaban por no
aplicarla de forma estricta. 1978 fue el año de la aprobación de una nueva
constitución democrática en España y, por lo tanto, se daban motivos para una
cierta esperanza acerca del futuro de los movimientos sociales contestatarios
en este contexto.
De cara a conectar entre sí las emergentes organizaciones
en el ámbito del Estado español con sus homólogas en otros ámbitos nacionales,
Anabitarte solicitaba la información acerca del grupo de gais latinos de Nueva
York. Cabe destacar de nuevo el papel de mediadores culturales que jugaron los
latinos residentes en Estados Unidos con respecto a sus “hermanos” de
Latinoamérica. El objetivo de Anabitarte era organizar una conferencia sobre la
represión homófoba bajo la última dictadura argentina para contribuir a la toma
de consciencia de las comunidades cuir latinas en Nueva York, que podrían tener
más capacidad de influencia sobre organismos internacionales tales como las
Naciones Unidas.
Es decir, se trataba de una estrategia que pretendía
escalar desde los niveles de toma de decisión subalternos a los mecanismos de
presión internacional. Por otro lado, en esta carta Anabitarte facilitaba la
información de los emergentes movimientos gais españoles que empezaban a cobrar
forma después de años de dictadura y que aún operaban en condiciones
semi-clandestinas. En Madrid, se encontraban los grupos Mercurio, Movimiento
democrático de los homosexuales, y el FHAR (Frente Homosexual de Acción
Revolucionaria). De nuevo, Anabitarte se ofrecía a cumplir un papel de mediador
y extensión de las redes transnacionales poniendo en contacto a los grupos
españoles con los grupos estadounidenses, lo cual revela la
multi-direccionalidad de estas dinámicas en el sentido de que fue un exiliado
argentino el que cumplió esta función de articulación.
Otra carta escrita y enviada por Héctor Anabitarte desde
San Lorenzo del Escorial (España) el día 18 de mayo de 1978 da una idea
aproximada de la extensión de las redes activistas de circulación de
información y recursos creadas por los exiliados argentinos. Según esta carta,
fue un miembro del FLH exiliado en Nueva York el que le envió a Anabitarte una
copia de una revista gay estadounidense (Gaysweek Nro. 62, 1 de mayo de 1978)
que a su vez republicaba una nota publicada en Suecia en base a una entrevista
a otro exiliado del FLH que en esos momentos residía en París.
Anabitarte trataba en esos momentos de reconstruir el
Frente de Liberación Homosexual en el exilio, y para ello solicitaba a la
publicación estadounidense que le pusiesen en contacto con el exiliado residente
en Francia. En estas primeras líneas se deja entrever lo entretejido y
enrevesado de estas redes qué conectaban de forma indirecta–a través de la
información preservada en canales clandestinos–a los activistas del FLH que se
habían exiliado en diferentes puntos de Europa y Estados Unidos.
En esta misma carta Anabitarte, le agradecía a la publicación estadounidense su labor de contribuir a la toma de consciencia entre sus lectores de lo alarmante de la situación bajo la última dictadura argentina. Llamaba la atención sobre el hecho de que las penas de arresto por homosexualidad se habían duplicado y apelaba a la solidaridad internacional para mantener viva la llama del FLH y hacer llegar los recursos necesarios a los presos homosexuales de la cárcel de Devoto.
Carta de Héctor Anabitarte a Robert Roth. Mayo de 1978.
Caja 6, Carpeta 16, Robert Roth Papers, Division of Rare and Manuscript
Collections, Cornell University Library.
Queremos concluir con el análisis de un último borrador
de carta escrito por Robert Roth, y que presenta una serie de particularidades.
En primer lugar, al ser solo un borrador, no cuenta con la fecha de envío, que
en otros casos nos permite trazar la cronología del entrelazamiento de estas
redes. Sin embargo, el lenguaje y el capital cultural y social de este borrador
merecen ser analizados. Roth se dirige al FLH como sus hermanas y hermanos,
dando a entender que el movimiento de liberación homosexual transnacional dio
lugar a sus propias formas de parentesco afectivo a través de los tenues lazos
que estas mismas cartas llegaron a constituir, en tanto que expresión de
pertenencia a una lucha común que ocupaba un lugar central en la subjetividad e
identidad de los partícipes. Según este borrador, en base a una información que
Roth recibió del FLH, pudo posteriormente escribirle al activista mexicano
Javier Yépez para informarle acerca de otro grupo que operaba simultáneamente
en Ciudad de México. Igualmente, los activistas catalanes estaban intentando
investigar acerca de la existencia de un grupo en Portugal.
Cabe recordar que no estamos analizando grupos cuya
existencia formal pudiese registrarse a nivel oficial con las instancias
estatales, sino de grupos embrionarios con un nivel muy tenue de formalización.
Por ello, a pesar de que el grupo catalán envió emisarios a Portugal no consiguió
información específica sobre este nuevo grupo. En estos momentos, los
diferentes grupos sudamericanos, caribeños, europeos, y estadounidenses estaban
coordinando una convención en Edimburgo, que tuvo gran significación como uno
de los primeros acontecimientos del activismo LGTBQ de una dimensión
considerable y qué incorporaba tal representación geográfica.
Roth se había encontrado en Christopher Street, en el
barrio gay de Nueva York, con Juan Carlos, que por el contexto de la carta
podemos deducir fue uno de los ilustradores o diseñadores gráficos de Somos.
De nuevo la información con la que contamos es bastante vaga y no nos permite
identificar con más detalle a este activista, posiblemente un exiliado, pero
aun así la carta da cuenta de las continuidades entre los intercambios formales
y los encuentros casuales en ámbitos de sociabilidad compartidos. Roth
expresaba su curiosidad acerca de la ausencia de grupos formalizados en ámbitos
metropolitanos latinoamericanos tales como Lima, Caracas, y Río de Janeiro.
Esta expresión de sorpresa parece reflejar un cierto prejuicio acerca del
progreso lineal y simultáneo del movimiento gay a nivel global que no tenía en
cuenta las particularidades de los contextos sociopolíticos locales. Por
último, en el borrador se menciona a John Stanford como figura significativa de
la publicación Euro Spartacus, de los Países, que también iba a estar
representada en la Convención de Edimburgo.
Esto nos proporciona ciertas pistas e indicios sobre por
qué el acervo documental que podrían constituir las cartas canalizadas a través
del National Gay Task Force no está disponible. Stanford intuía que a pesar de
haberle escrito al FLH a través del National Gay Task Force, estas cartas no
habían llegado al grupo argentino porque el grupo estadounidense no estaba
cumpliendo el papel que había asumido oficialmente de reenviar las cartas. De
ser así, esta posibilidad explicaría la ausencia de un fondo documental qué
habría constituido una gran riqueza para la memoria colectiva del movimiento
LGTBQ sudamericano. Aún así, gracias a la ingente labor de documentación de
Roth, podemos contar con otras fuentes que nos proporcionan una imagen amplia y
panorámica de las sinergias y vitalidad discursiva y afectiva de estas redes en
los setenta.
Conclusiones
A nivel de nuestro marco argumentativo, nos gustaría
destacar que nuestra intervención se sitúa en contraposición a la meta-narrativa
difusionista que, desde el sentido común historiográfico, ha asumido unas
dinámicas unidireccionales de expansión gradual, progresiva, e incremental que
llevaron a la exportación del movimiento LGBTB desde el norte global al
sur global. Por el contrario, es nuestra intención matizar, problematizar, y
complejizar esta meta-narrativa a través de los diferentes rasgos observables
en las fuentes de archivo qué capturan y reflejan la emergencia de las redes
transnacionales de activismo LGBT qué conectaron Sudamérica, Norteamérica, y
Europa, entre otras geografías. En primer lugar, nos interesa destacar el papel
de mediación cultural, traducción, y circulación de recursos e información que
cumplió el Caribe, y sobre todo las organizaciones puertorriqueñas, en la
articulación de estas redes.
En segundo lugar, queremos argumentar que siempre fueron
redes multidireccionales que mostraban la iniciativa de los activistas
sudamericanos y caribeños al buscar formas y mecanismos de proyección de sus
propias ideologías y agendas, así como la captación de recursos tanto
discursivos como materiales procedentes del norte global. En tercer lugar,
queremos destacar la centralidad de los agenciamientos afectivos y eróticos en
la articulación de estas redes. Es difícil llegar a entender lo enrevesado y
expansivo de las redes activistas transnacionales sin tener en cuenta el nivel
de compromiso que los activistas alcanzaron a través de la erotización de sus
relaciones.
No en balde el movimiento de liberación sexual conllevó
no sólo una toma de postura ideológica sino una praxis cotidiana. La expresión
de vínculos afectivos y eróticos entre activistas tuvo lugar tanto en el
contacto cara a cara como en el lenguaje de su correspondencia, que siempre
enfatizaba valores como el cariño, la amistad, la hermandad, y la potencialidad
de la atracción erótica entre personas del mismo sexo.
En cuarto lugar, pero no por ello menos importante,
queremos reformular la cronología de la relación entre el movimiento argentino
y el movimiento estadounidense, teniendo en cuenta que el FLH de Argentina y el
grupo Nuestro Mundo tienen una trayectoria que se puede trazar desde mediados
de los sesenta, como han demostrado diferentes investigadores. En base a esta
trayectoria previa el acercamiento del FLH a sus homólogos internacionales
respondió y emanó del contexto de recrudecimiento de la violencia estatal y
política a principios de los sesenta. En otras palabras, se trata aquí de
invertir la relación causal que traza una línea directa entre Stonewall y el
FLH prestando atención por el contrario a la direccionalidad inversa de los
intercambios entre activistas como Anabitarte y Roth, en los cual el primero
tenía sobre todo como prioridad la proyección y supervivencia del Frente de
Liberación Homosexual argentino en la etapa de contracción que siguió a su
expansión de principios de los setenta.
Esta expansión se realizó a través de las alianzas con la
izquierda militante a nivel local, que no pueden ser ignoradas o
infrarrepresentadas como consecuencia de una interpretación desenfocada de las
fuentes que aquí analizamos. Es decir, somos conscientes de que al analizar
fuentes procedentes de archivos estadounidenses las mismas pueden producir o
dar lugar a una distorsión de las dinámicas y sinergias de ese periodo al enfatizar
el contexto transnacional sobre las alianzas militantes locales. Por ello,
queremos destacar que este ensayo es parte de un análisis más amplio, que hemos
desarrollado en diferentes trabajos y publicaciones, que en primer lugar sitúa
al FLH en el contexto de la efervescencia política y militante en Buenos Aires
desde mediados de los sesenta y, posteriormente, incorpora la colaboración con
las organizaciones estadounidenses como consecuencia y no como causa.
* Santiago Joaquín Insausti, (Universidad Nacional Autónoma de México) -
sinsau@gmail.com
** Javier Fernández Galeano, (Brown University)
Javier.fernandez.galeano@gmail.com
Breve selección fotográfica de documentos que componen la
Robert Roth Papers Collection, Division of Rare and Manuscript Collections,
Cornell University Library.
Caja 6, Carpeta 16, Robert Roth Papers, Division of Rare
and Manuscript Collections, Cornell University Library.
Caja 7, Carpeta 12, Robert Roth Papers, Division of Rare
and Manuscript Collections, Cornell University Library.
Caja 6, Carpeta 38, Robert Roth Papers, Division of Rare
and Manuscript Collections, Cornell University Library.
Caja 7, Carpeta 12, Robert Roth Papers, Division of Rare and Manuscript Collections, Cornell University Library.
Ver más en el original.
Agradecimientos de los autores
En primer lugar, queremos agradecer a la Human Sexuality
Collection de Cornell University y al Phil Zwickler Memorial Fund por apoyarnos
en esta investigación. Brenda J. Marston nos proporcionó asistencia y
orientación en nuestro trabajo de archivo con la colección Roth. A Armand de Fluvià
por compartir sus fotos y recuerdos con nosotros. A Juan Queiroz que nos animó
y guió de forma continua y generosa en el proceso de escritura de este
artículo.
En los días y meses siguientes, a medida que el ambiente político se enrarecía en Argentina y la amenaza de un golpe de estado se hacía cada vez más presente, las expresiones de solidaridad desde diferentes puntos de América Latina y el Caribe se hicieron más comunes. Así se refleja en otra carta de Roth a Anabitarte enviada el 14 de marzo de 1976, apenas diez días antes del golpe de estado que inauguraría el auto-denominado “Proceso de Reorganización Nacional” en Argentina. Primeramente, Roth agradecía el envío del ejemplar número 6 de Somos, que se seguía difundiendo por canales restringidos más allá de las fronteras de Argentina. En agradecimiento, Roth enviaba de regreso un ejemplar de Gay Sunshine que trataba sobre el movimiento homosexual latinoamericano. Roth escribía esta carta a su regreso de su viaje por el Caribe, durante el cual aprovechó para estrechar los lazos con las organizaciones caribeñas. Así, confirmaba que el grupo puertorriqueño, Comunidad de Orgullo Gay (COG), dirigido por Rafael Cruet, había recibido información de Buenos Aires acerca de los presos homosexuales, posiblemente aquellos enviados a la cárcel de Devoto.
En esta misma carta Anabitarte, le agradecía a la publicación estadounidense su labor de contribuir a la toma de consciencia entre sus lectores de lo alarmante de la situación bajo la última dictadura argentina. Llamaba la atención sobre el hecho de que las penas de arresto por homosexualidad se habían duplicado y apelaba a la solidaridad internacional para mantener viva la llama del FLH y hacer llegar los recursos necesarios a los presos homosexuales de la cárcel de Devoto.
** Javier Fernández Galeano, (Brown University)
Caja 7, Carpeta 12, Robert Roth Papers, Division of Rare and Manuscript Collections, Cornell University Library.
Ver más en el original.
Joaquín quiere agradecer el apoyo de la Wallis Annenberg Research Grant - University of Southern California. Adrian Zegarra prestó una inestimable ayuda en el procesamiento de datos.
Javier quiere agradecer a la Rockefeller Library de Brown, y en particular al Center for Digital Scholarship y a la doctora Ashley Champagne por su interés y apoyo. Ambos estamos agradecidos a James Green por su compromiso con los archivos y la memoria queer.
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