KARL HEINRICH
ULRICHS: EL PRIMER DEFENSOR DE
LOS DERECHOS LGBT EN LA HISTORIA MODERNA
Fecha: noviembre 7, 2024
Autor/a: RPV-0963
En una época en que el silencio era la norma para quienes sentían atracción por el mismo sexo, Karl Heinrich Ulrichs se atrevió a hablar. No solo desafió leyes y prejuicios; formuló conceptos y levantó una bandera en solitario por los derechos de quienes ni siquiera se atrevían a soñar con libertad. Su historia es la de un hombre que, enfrentándose a un mundo que le daba la espalda, creó un lenguaje para el amor prohibido y abrió el camino hacia la dignidad y la igualdad. Este es el legado olvidado de un pionero indomable.
La historia moderna del movimiento por los derechos LGBT está marcada por figuras icónicas y momentos críticos que han contribuido a la lenta pero constante marcha hacia la igualdad. Entre esas figuras se destaca Karl Heinrich Ulrichs, un nombre que, aunque menos conocido en comparación con otros activistas, jugó un papel fundamental en la lucha por la despenalización de la homosexualidad y la visibilidad de las personas LGBTQ+ en una época en la que la homosexualidad era perseguida legal y socialmente. Su vida y obra no solo desafiaron las normas de su tiempo, sino que también sentaron las bases para el discurso moderno sobre orientación sexual e identidad de género.
Contexto Histórico: Europa en el Siglo XIX
Ulrichs nació en 1825 en el Reino de Hannover, una época en la que Europa se encontraba en una encrucijada cultural. Tras las revoluciones de 1848, los movimientos liberales y democráticos comenzaban a cuestionar las estructuras jerárquicas y aristocráticas del continente. Sin embargo, en términos de moral sexual, Europa seguía siendo profundamente conservadora. La homosexualidad no solo era vista como un pecado en muchas tradiciones religiosas, sino que también era criminalizada por los sistemas legales de varios países. En particular, el Código Penal prusiano, que influyó en gran parte de Europa, castigaba las relaciones entre personas del mismo sexo con penas que podían incluir la prisión.
En este contexto, la vida de un hombre abiertamente homosexual como Karl Heinrich Ulrichs fue excepcionalmente valiente. Ulrichs, quien en su juventud fue consciente de su atracción por otros hombres, decidió no ocultarlo, algo casi impensable para la época. Pero, más allá de su vida personal, su contribución más significativa fue su trabajo teórico y activista, que buscó transformar la percepción de la homosexualidad desde un ángulo tanto científico como legal.
La Teoría de los «Urningos»: Ciencia y Sexualidad
Uno de los aportes más importantes de Ulrichs fue su introducción del término «urning» en 1864, un concepto que utilizó para describir a los hombres que se sentían atraídos por otros hombres. El término, basado en la mitología griega, específicamente en el «Amor Uranio» descrito por Platón en el Banquete, se convirtió en una de las primeras categorías explícitas que intentaba describir la homosexualidad no como una patología, sino como una variación natural de la sexualidad humana.
Ulrichs argumentaba que los «urningos» eran personas que poseían un «alma femenina» en un cuerpo masculino, lo que los llevaba a sentir atracción por los hombres. Aunque esta teoría puede parecer hoy en día limitada desde la perspectiva de los estudios de género y sexualidad contemporáneos, en su momento representó un avance audaz en la conceptualización de la sexualidad. Fue uno de los primeros intentos de desafiar la visión dominante de la homosexualidad como una enfermedad o perversión.
Es importante destacar que este enfoque, que mezclaba conceptos de biología, psicología y filosofía, fue un precursor de las teorías posteriores sobre la sexualidad humana. Ulrichs anticipó, en muchos sentidos, los debates que surgirían a finales del siglo XIX y principios del XX sobre la naturaleza del deseo sexual, debates que serían continuados por figuras como Sigmund Freud y Magnus Hirschfeld.
El Discurso de Múnich de 1867: Un Hito para la Visibilidad LGBT
Uno de los momentos más emblemáticos en la vida de Karl Heinrich Ulrichs fue su discurso en el Congreso de Juristas de Múnich en 1867. En un acto de valentía sin precedentes, Ulrichs se dirigió a un público de abogados y eruditos legales, pidiendo la despenalización de los actos homosexuales. En su discurso, Ulrichs defendió la idea de que las leyes que criminalizaban las relaciones entre personas del mismo sexo eran injustas y contrarias a los principios de libertad y derechos individuales.
Este momento fue significativo no solo por el contenido del discurso, sino también por su simbolismo. Ulrichs, al hablar abiertamente sobre su orientación sexual en un foro público, se convirtió en una de las primeras personas en «salir del armario» en la historia documentada. El término «salir del armario» (o «coming out» en inglés) ha sido adoptado desde entonces por el movimiento LGBTQ+ como una metáfora para describir el acto de revelar la propia orientación sexual o identidad de género, un gesto que, como en el caso de Ulrichs, sigue siendo un acto de valentía en muchas partes del mundo.
La reacción al discurso de Ulrichs fue predecible para la época: fue recibido con abucheos y burlas. Sin embargo, su intervención marcó un hito en la visibilidad LGBT, sentando las bases para futuras campañas por los derechos civiles de las personas homosexuales. Este episodio subraya la importancia de la visibilidad en la lucha por los derechos: aunque la reacción inicial pueda ser de rechazo, el simple hecho de hablar abiertamente sobre la homosexualidad ayudó a romper el silencio y el estigma que la rodeaban.
La Literatura de Ulrichs: Un Instrumento de Activismo
Ulrichs no solo fue un activista en el sentido práctico, sino que también fue un prolífico escritor. A lo largo de su vida, publicó una serie de libros y panfletos bajo el título general de «Investigaciones sobre el enigma del amor masculino». En estos textos, Ulrichs no solo defendía la despenalización de la homosexualidad, sino que también argumentaba en favor de una mayor comprensión y aceptación social.
Uno de los aspectos más interesantes de la obra de Ulrichs es su enfoque en el derecho. A diferencia de otros pensadores de su época, que veían la homosexualidad principalmente desde una perspectiva moral o médica, Ulrichs puso un énfasis especial en los derechos legales de las personas homosexuales. En un siglo en el que las ideas sobre los derechos civiles estaban en plena expansión, Ulrichs fue uno de los primeros en incluir la orientación sexual como una categoría digna de protección legal.
Esto lo convierte en un precursor no solo del movimiento LGBT moderno, sino también del concepto de derechos humanos tal como lo entendemos hoy en día. La idea de que todas las personas, independientemente de su orientación sexual, tienen derecho a la libertad, la dignidad y la igualdad ante la ley, es un principio fundamental en las democracias liberales contemporáneas. Ulrichs, con su insistencia en la legalización y despenalización de la homosexualidad, fue uno de los primeros en articular este principio en el contexto de los derechos de las personas LGBT.
La Relevancia de Ulrichs en el Siglo XXI
Hoy en día, la figura de Karl Heinrich Ulrichs sigue siendo relevante para el movimiento LGBTQ+. Aunque los avances en derechos civiles para personas homosexuales han sido significativos, especialmente en las últimas décadas con la legalización del matrimonio igualitario en muchos países, la lucha por la igualdad está lejos de haber terminado. En muchos lugares del mundo, las personas LGBTQ+ continúan enfrentando discriminación, violencia y persecución legal, lo que hace que el legado de Ulrichs sea más pertinente que nunca.
Su insistencia en la visibilidad, la dignidad y los derechos legales de las personas homosexuales sigue siendo un ejemplo inspirador para los activistas contemporáneos. Además, su enfoque en la importancia del lenguaje y las categorías para describir la sexualidad humana anticipó muchos de los debates actuales sobre la identidad de género y la orientación sexual. En un mundo que sigue lidiando con preguntas sobre la naturaleza de la identidad y el deseo, Ulrichs nos recuerda que la lucha por la igualdad comienza con la valentía de hablar abiertamente sobre quiénes somos.
La obra de Karl Heinrich Ulrichs continúa siendo una fuente invaluable de inspiración para investigadores, activistas y académicos. Representa un momento clave en la historia de los derechos LGBTQ+, un punto de inflexión en el que la lucha por la igualdad comenzó a tomar una forma tangible en la esfera pública.
Graciasss/revistaliterariaelcandelabro.blog/2024/11/karl-ulrichs-pionero-derechos-lgbt-visibilidad-historia/
ASÍ FUE LA PRIMERA SALIDA DEL ARMARIO DE LA HISTORIA
La de Karl Heinrich Ulrichs fue, probablemente, la primera salida del armario de la historia moderna.
Desde muy pequeño, este alemán nacido en 1825 se dio cuenta de que le gustaban los chicos en vez de las chicas, como la sociedad le enseñaba. Se graduó en la universidad en historia y teología, y también realizó estudios de derecho.
En 1862, a la edad de 37 años, decidió contarle a su familia y amigos que era homosexual. En aquella época la palabra ni siquiera existía, así que inventó una propia: urning, palabra basada en la mitología griega que creó para designar a lo que él llamaba el tercer sexo, es decir, los hombres que se sienten atraídos por otros hombres, y que en un inicio él identificaba con tener psique femenina en un cuerpo de hombre. Para las mujeres atraídas por otras mujeres creó la palabra urninde, mientras que las personas heterosexuales eran dioning (hombres) y dioningin (mujeres). Todo esto lo recogió en su obra Estudios sobre el misterio del amor masculino.
En 1867 Ulrichs fue el primer homosexual en hablar públicamente de su orientación. Lo hizo en el Congreso de Juristas Alemanes de Múnich, el 29 de agosto de 1867. Ulrichs tomó la palabra y pidió a sus colegas que apoyasen una moción que exigiese la derogación del artículo del código penal prusiano que castigaba a los homosexuales. Fue abucheado hasta que tuvo que callar.
Pero esto no le detuvo. En 1870 publicó Araxes. Llamada a la liberación de la naturaleza del urning de la ley penal. En una época en la que la tendencia general era a pensar que la homosexualidad era un vicio y un pecado, afirmar que era algo natural que no debía ser perseguido era poco menos que revolucionario. Y lo cierto es que, aun hoy, el texto sigue plenamente vigente y podría ser firmado por cualquier asociación LGTB+.
El urning, también, es una persona. El, también, por lo tanto, tiene derechos inalienables. Su orientación sexual es un derecho establecido por la naturaleza. Los legisladores no tienen ningún derecho a vetar la naturaleza; ningún derecho a perseguir la naturaleza en el curso de su trabajo; ningún derecho a torturar a criaturas vivas que están sujetas a esos impulsos que la naturaleza les dio.
El urning también es un ciudadano. El, también, tiene derechos civiles; y de acuerdo a esos derechos, el estado tiene ciertos deberes que cumplir también. El estado no tiene el derecho de actuar por capricho o por el placer de la persecución. El estado no está autorizado, como en el pasado, a tratar a los urnings como si estuvieran fuera de la ley.
Esta claro que los legisladores tienen el derecho a hacer leyes que contengan expresiones del deseo urning, al igual que los legisladores tienen el poder de legislar sobre el comportamiento de todos los ciudadanos. Así, pueden prohibir a los urnings:
(a) la seducción de menores masculinos;
(b) la violación de los derechos civiles (por la fuerza, amenaza, abuso de personas inconscientes, etc.);
(c) la indecencia pública.
La prohibición de la expresión del deseo sexual, es decir, entre adultos que consienten y en privado, queda fuera de la esfera legal. Cualquier base para la persecución legal es insuficiente en este caso. Los legisladores no pueden hacerlo debido a los derechos humanos y el principio de estado constitucional. El legislador no puede hacerlo por las leyes de la justicia, que impiden aplicar un doble estándar. Mientras que el urning respete los puntos (a), (b), y (c) más arriba, el legislador no podrá prohibir que siga los designios de la ley natural a la que está sujeto.
Dentro de estos parámetros, el amor urning no es en ningún caso un crimen real. Todos los indicadores faltan. Incluso no es vergonzoso, decadente o malvado, simplemente porque es el cumplimiento de una ley natural. Está reconocido como uno de los múltiples crímenes imaginarios que han plagado los libros de leyes de Europa, para vergüenza de las personas civilizadas. Criminalizarlo parece, por lo tanto, una injusticia perpetrada oficialmente.
Simplemente porque el urning es desgraciadamente una minoría pequeña, no se puede dañar sus derechos inalienables y sus derechos civiles. La ley de la libertad en el estado constitucional también debe considerar sus minorías.
Y no importa lo que hayan hecho los legisladores en el pasado, la ley de la libertad no conoce límites.
Los legisladores deberían abandonar la esperanza de desarraigar el impulso sexual urning en cualquier momento. Incluso las ardientes hogueras en las que quemaron a los urnings en siglos anteriores no pudieron conseguirlo. Incluso amordazarlos y atarlos fue inútil. La batalla contra la naturaleza es una sin visos de victoria. Incluso el gobierno más poderoso, con todos sus medios de coerción que pueda emplear, es demasiado débil contra la naturaleza. Por otra parte, el gobierno puede controlar la batalla. El razonamiento y la consciencia del sentido moral de los mismos urning ofrece al gobierno una cooperación completa hacia ese objetivo.
Aún tendrían que pasar muchas décadas para que los gobiernos se decidiesen a legalizar las prácticas homosexuales, castigadas en gran parte de Europa hasta pasada la mitad del siglo XX, y no sería hasta principios del siglo XXI cuando se aprobarían leyes como las de matrimonio igualitario que acabasen con la discriminación legislativa (y aun así, contasen con oposición de conservadores con argumentos bastante surrealistas).
Por ello sorprende pensar que hace 150 años alguien fue tan valiente como para salir a la luz pública a admitir lo que era y exigir su derecho a ser tratado como los demás.
Graciasss/lacabezallena.com/historia/primera-salida-del-armario/
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