EL CLÓSET DE MONSIVÁIS, A REVISIÓN
"El clóset de cristal", un libro nacido del convencimiento de que nadie se ocupó de la historia de la homosexualidad en México como lo hizo Carlos Monsiváis.
“Me tocó ir con él a los bares, a las cantinas, y encontrármelo en los baños públicos...”
Jesús Alejo Santiago
México / 19.09.2016
Apenas comienza a distribuirse en las librerías El clóset de cristal y ya empieza a despertar polémica. Hay quienes definen al libro como una aproximación a la vida íntima de Carlos Monsiváis, mientras su autor, Braulio Peralta, insiste en que se trata de una crónica de los movimientos homosexuales en México, en los que el cronista jugó un papel fundamental.
"Para contar la historia del movimiento homosexual, había necesariamente que contar la homosexualidad de Carlos Monsiváis. Pero yo no soy el primero en sacar a Carlos Monsiváis del clóset como se está diciendo, le recuerdo a la gente el discurso de Elena Poniatowska en el Palacio de Bellas Artes al hablar de la pareja de Carlos, cuando públicamente hubo un rumor en la sala, pero no hubo un escándalo".
Dos años llevó al periodista cultural la escritura de El clóset de cristal (Ediciones B, 2016), un libro nacido del convencimiento de que nadie se ocupó de la historia de la vida homosexual en México como Carlos Monsiváis, desde el relato de los 41 hasta su irrupción más grande en el movimiento homosexual mexicano cuando sale a la palestra con el tema del VIH.
"Conozco a Carlos Monsiváis dentro del movimiento homosexual mexicano y me tocó ir con él a los bares, a las cantinas, y encontrármelo en los baños públicos haciendo conversaciones intelectuales, y hablando de cine o de teatro, burlándose de diferentes movimientos o poniéndole apodos a Nancy Cárdenas. Ese era Carlos Monsiváis: no estoy diciendo nada que no se sepa, es muy difícil que alguien pueda desmentir algo de lo escrito en el libro", asegura Braulio Peralta quien está convencido de que ya se empezó a hablar del libro, sin antes leerlo.
"No estoy deletreando el Kama Sutra de Carlos Monsiváis. Lamento mucho que quienes no han leído el libro ya tengan un prejuicio. Sé que el planteamiento intelectual es primero lee y después discute, pero cada quien es libre de ejercer su libertad de mirada".
Pero él nunca se declaró abiertamente homosexual...
Él llevó una vida privada sobre su homosexualidad, lo mismo que Díaz Ordaz llevó su vida privada con Irma Serrano, o López Portillo con algunas de sus amantes. Al mundo heterosexual le escandaliza que se saque la vida privada de los homosexuales y yo soy un periodista, que hace investigación y quiere hacer una aportación con una crónica de corte biográfico, para que cuando se escriba la biografía definitiva no se omita la historia de Carlos Monsiváis en el movimiento homosexual mexicano.
"Cuando acusan a Carlos de que no salió del clóset a mí me da un poco de risa, porque es el único investigador, cronista o escritor, que en sus ensayos se ocupa del tema homosexual. En el caso de Los contemporáneos no lo hace profusamente Sheridan, Christopher Domínguez u otros especialistas, pero Carlos sí se ocupa, porque le importa y es necesario saber que hay una sociedad que ha obligado a aventar al gueto a un grupo de marginales que se llaman homosexuales y que hoy pelean sus derechos humanos".
La familia tendrá su propia versión de la historia...
Cuando hablé con la familia, les expuse, les comenté y me dijeron que estaba en libertad de escribir lo que yo quisiera, pero que ellos no me iban a contar nada sobre Carlos Monsiváis homosexual. Y el tema de mi libro es Carlos Monsiváis en el movimiento homosexual, no hay otro tema. "Es el gran pretexto: un intelectual de la talla de Carlos me permite contar la historia de los cinco movimientos homosexuales que se dieron en México, los cinco grupos básicos que fundaron la lucha de los derechos humanos, cuando hablamos de diversidad sexual y del LGBTI".
¿No traicionas tu propia relación con Carlos?
No lo veo como una traición, sino como una continuidad de la vida biográfica de Carlos Monsiváis. Si no lo hago yo, lo va a hacer otro, entonces por qué voy a permitir que lo haga alguien que ni siquiera lo conoció. Lo mío es una mirada fresca y transparente de alguien que tiene por Carlos un afecto y una admiración muy grandes, pero mi libro no es un homenaje a Carlos, porque digo verdades sobre las formas de ser de Carlos con los grupos literarios, los apodos que les ponía a muchos de ellos, la animadversión que muchos homosexuales tenían por Carlos: estoy mostrando a un hombre de carne y hueso que lo mismo está en el debate de las ideas, que en el baño de vapor. Así de sencillo, como cualquiera.
Para Braulio Peralta, uno de los grandes problemas cuando se escriben biografías sobre personajes de la cultura mexicana es el temor a la polémica que se puede generar, con lo cual se ofrecen retratos más bien rígidos. "Yo apuesto por lo contrario: creo en el periodismo que se hace en Inglaterra, Francia o Estados Unidos, donde las personas tienen lados positivos o negativos. Estoy presentando a un Carlos Monsiváis de carne y hueso, es todo
Graciasss/www.milenio.com/el-closet-de-monsivais-a-revision
"El clóset de cristal", un libro nacido del convencimiento de que nadie se ocupó de la historia de la homosexualidad en México como lo hizo Carlos Monsiváis.
“Me tocó ir con él a los bares, a las cantinas, y encontrármelo en los baños públicos...”
Jesús Alejo Santiago
México / 19.09.2016
Apenas comienza a distribuirse en las librerías El clóset de cristal y ya empieza a despertar polémica. Hay quienes definen al libro como una aproximación a la vida íntima de Carlos Monsiváis, mientras su autor, Braulio Peralta, insiste en que se trata de una crónica de los movimientos homosexuales en México, en los que el cronista jugó un papel fundamental.
"Para contar la historia del movimiento homosexual, había necesariamente que contar la homosexualidad de Carlos Monsiváis. Pero yo no soy el primero en sacar a Carlos Monsiváis del clóset como se está diciendo, le recuerdo a la gente el discurso de Elena Poniatowska en el Palacio de Bellas Artes al hablar de la pareja de Carlos, cuando públicamente hubo un rumor en la sala, pero no hubo un escándalo".
Dos años llevó al periodista cultural la escritura de El clóset de cristal (Ediciones B, 2016), un libro nacido del convencimiento de que nadie se ocupó de la historia de la vida homosexual en México como Carlos Monsiváis, desde el relato de los 41 hasta su irrupción más grande en el movimiento homosexual mexicano cuando sale a la palestra con el tema del VIH.
"Conozco a Carlos Monsiváis dentro del movimiento homosexual mexicano y me tocó ir con él a los bares, a las cantinas, y encontrármelo en los baños públicos haciendo conversaciones intelectuales, y hablando de cine o de teatro, burlándose de diferentes movimientos o poniéndole apodos a Nancy Cárdenas. Ese era Carlos Monsiváis: no estoy diciendo nada que no se sepa, es muy difícil que alguien pueda desmentir algo de lo escrito en el libro", asegura Braulio Peralta quien está convencido de que ya se empezó a hablar del libro, sin antes leerlo.
"No estoy deletreando el Kama Sutra de Carlos Monsiváis. Lamento mucho que quienes no han leído el libro ya tengan un prejuicio. Sé que el planteamiento intelectual es primero lee y después discute, pero cada quien es libre de ejercer su libertad de mirada".
Pero él nunca se declaró abiertamente homosexual...
Él llevó una vida privada sobre su homosexualidad, lo mismo que Díaz Ordaz llevó su vida privada con Irma Serrano, o López Portillo con algunas de sus amantes. Al mundo heterosexual le escandaliza que se saque la vida privada de los homosexuales y yo soy un periodista, que hace investigación y quiere hacer una aportación con una crónica de corte biográfico, para que cuando se escriba la biografía definitiva no se omita la historia de Carlos Monsiváis en el movimiento homosexual mexicano.
"Cuando acusan a Carlos de que no salió del clóset a mí me da un poco de risa, porque es el único investigador, cronista o escritor, que en sus ensayos se ocupa del tema homosexual. En el caso de Los contemporáneos no lo hace profusamente Sheridan, Christopher Domínguez u otros especialistas, pero Carlos sí se ocupa, porque le importa y es necesario saber que hay una sociedad que ha obligado a aventar al gueto a un grupo de marginales que se llaman homosexuales y que hoy pelean sus derechos humanos".
La familia tendrá su propia versión de la historia...
Cuando hablé con la familia, les expuse, les comenté y me dijeron que estaba en libertad de escribir lo que yo quisiera, pero que ellos no me iban a contar nada sobre Carlos Monsiváis homosexual. Y el tema de mi libro es Carlos Monsiváis en el movimiento homosexual, no hay otro tema. "Es el gran pretexto: un intelectual de la talla de Carlos me permite contar la historia de los cinco movimientos homosexuales que se dieron en México, los cinco grupos básicos que fundaron la lucha de los derechos humanos, cuando hablamos de diversidad sexual y del LGBTI".
¿No traicionas tu propia relación con Carlos?
No lo veo como una traición, sino como una continuidad de la vida biográfica de Carlos Monsiváis. Si no lo hago yo, lo va a hacer otro, entonces por qué voy a permitir que lo haga alguien que ni siquiera lo conoció. Lo mío es una mirada fresca y transparente de alguien que tiene por Carlos un afecto y una admiración muy grandes, pero mi libro no es un homenaje a Carlos, porque digo verdades sobre las formas de ser de Carlos con los grupos literarios, los apodos que les ponía a muchos de ellos, la animadversión que muchos homosexuales tenían por Carlos: estoy mostrando a un hombre de carne y hueso que lo mismo está en el debate de las ideas, que en el baño de vapor. Así de sencillo, como cualquiera.
Para Braulio Peralta, uno de los grandes problemas cuando se escriben biografías sobre personajes de la cultura mexicana es el temor a la polémica que se puede generar, con lo cual se ofrecen retratos más bien rígidos. "Yo apuesto por lo contrario: creo en el periodismo que se hace en Inglaterra, Francia o Estados Unidos, donde las personas tienen lados positivos o negativos. Estoy presentando a un Carlos Monsiváis de carne y hueso, es todo
Graciasss/www.milenio.com/el-closet-de-monsivais-a-revision
QUE
NO NECESITÓ SALIR DEL CLÓSET
Por Edgar Ulises
Abril 17, 2023
El escritor Carlos Monsiváis Aceves (CDMX 4 de mayo de 1938-19 de junio de 2010) no necesitó salir del clóset para ser reconocido como ícono de la comunidad gay en México: lo dijo todo con su activismo y obras como Días de guardar, Amor perdido y Apocalipstick.
Aunque nunca salió del clóset con una declaración explícita, cualquiera que conozca la obra del cronista y periodista mexicano Carlos Monsiváis sabe que el escritor no solo era gay. Además, protagonizó los momentos que revolucionaron el activismo en pro de los derechos LGBT+.
Incluso podría decirse que Monsiváis sacó del clóset al movimiento LGBT+ en México. Con sus textos, sus manifiestos y con los espacios que abrió para la circulación de ideas, el escritor visibilizó problemas como el acoso y los abusos por parte de la Policía que enfrentaba la comunidad gay en su tiempo. También fue precursor del activismo en defensa de las personas que viven con VIH. E incluso plasmó en sus escritos los aportes de la comunidad LGBT+ a la cultura mexicana.
Manifiestos y marchas
Salir del clóset es un acto que consiste en aceptarse y mostrarse públicamente como gay, bisexual, lesbiana, trans, queer o alguna otra identidad de la diversidad. Pues bien; durante su trayectoria como intelectual, Monsiváis hizo precisamente eso: darles visibilidad a los problemas de la comunidad LGBT+. Pero también al orgullo de pertenecer a la misma.
Desde su rol como director de la revista Siempre!, el escritor brindó una plataforma al movimiento. Allí, gracias a su labor, se publicaron los primeros manifiestos a favor de los derechos de la comunidad LGBT+.
En 1974, apoyó a la escritora Nancy Cárdenas para publicar el primer manifiesto a favor de los derechos LGBT+. El texto denunciaba los abusos policiales en contra de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Un año después también hizo posible la publicación de otro manifiesto redactado por Luis González de Alba. Además, Monsiváis firmó ambos textos junto a intelectuales como Juan Rulfo, José Revueltas, Elena Poniatowska, Pablo Gómez, Héctor Aguilar Camín y Gabriel Zaid.
Por otro lado, participó en el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria. En 1978, esta organización se convirtió en la primera en realizar una movilización abiertamente LGBT+ en México al participar en la conmemoración de la matanza del 2 de octubre de 1968. Un año después, participó en la primera Marcha del Orgullo en Ciudad de México.
Defensor de los derechos de personas con VIH
Posteriormente, durante la década de los 80, Carlos Monsiváis se convirtió en activista por los derechos de las personas que viven con VIH. Su compromiso con la causa incluso lo llevó a romper relaciones con el periódico La Jornada, donde colaboraba.
Todo ocurrió cuando el diario publicó una nota que resaltaba la supuesta disminución de casos de VIH en Cuba gracias a la medida del régimen castrista de recluir a las personas que tenían el virus. Monsiváis criticó la medida afirmando que a las personas con VIH se les estaba convirtiendo en «los leprosos del siglo XX». Más tarde fundaría Letra S, una organización sin fines de lucro que se dedica a difundir información sobre el VIH.
Ganador del Premio Nacional del Periodismo y del Premio FIL Literatura de Guadalajara, obtuvo doctorados honoris causa por la UNAM y otras tres universidades. En su obra retrató las contribuciones de figuras homosexuales a la cultura mexicana, desde Salvador Novo hasta Juan Gabriel.
Sin necesidad de salir del clóset
Por su obra, la comunidad gay no necesitó que Carlos Monsiváis saliera del clóset para abrazarlo como uno de sus principales referentes. El vínculo es tal que, al momento de la muerte del escritor (en 2010), el flautista Horacio Franco cubrió su féretro con la bandera LGBT+.
Pese a todas sus contribuciones, Carlos Monsiváis llegó a recibir críticas de parte de la comunidad LGBT+ por no declararse gay o salir del clóset. A decir de Braulio Peralta, uno de los más cercanos amigos del escritor:
«La homofobia no es exclusiva de los heterosexuales: existe entre los propios homosexuales. A quienes criticaron, y critican, a Carlos por no haber salido explícitamente del clóset les recordaría que él hizo por el movimiento gay mexicano mucho más que cualquiera de sus críticos, que se asumieron gays de siempre».
No es que Carlos Monsiváis haya evitado salir del clóset para negar que era gay. Nunca ocultó sus visitas a los baños de vapor de Ciudad de México, que en el siglo pasado sirvieron como lugares de encuentro para homosexuales.
Tampoco es que lo haya hecho para evitar insultos homófobos. Se sabe que a sus espaldas había quienes se referían a él como «La Monchi» o «la señora». Incluso, en una ocasión el político Diego Fernández de Cevallos lo llamó «joterete».
De acuerdo con Braulio Peralta, más bien Monsiváis no quería ser recordado única y exclusivamente como un escritor gay:
«El compromiso de Carlos con las causas minoritarias siempre fue patente y claro, pero no quería que se le juzgara porque su papel de intelectual era muchísimo más amplio que las minorías sexuales. Se ocupó de los indígenas, de la izquierda, de los derechos humanos, de la democracia, de la lucha civil. No quería que lo segmentaran como el escritor homosexual».
Al final, Carlos Monsiváis no necesitó decir públicamente salir del clóset para ganarse un lugar en la historia como uno de los máximos referentes del activismo gay en México.
Con información de El Universal
Por Edgar Ulises
Abril 17, 2023
El escritor Carlos Monsiváis Aceves (CDMX 4 de mayo de 1938-19 de junio de 2010) no necesitó salir del clóset para ser reconocido como ícono de la comunidad gay en México: lo dijo todo con su activismo y obras como Días de guardar, Amor perdido y Apocalipstick.
Aunque nunca salió del clóset con una declaración explícita, cualquiera que conozca la obra del cronista y periodista mexicano Carlos Monsiváis sabe que el escritor no solo era gay. Además, protagonizó los momentos que revolucionaron el activismo en pro de los derechos LGBT+.
Incluso podría decirse que Monsiváis sacó del clóset al movimiento LGBT+ en México. Con sus textos, sus manifiestos y con los espacios que abrió para la circulación de ideas, el escritor visibilizó problemas como el acoso y los abusos por parte de la Policía que enfrentaba la comunidad gay en su tiempo. También fue precursor del activismo en defensa de las personas que viven con VIH. E incluso plasmó en sus escritos los aportes de la comunidad LGBT+ a la cultura mexicana.
Manifiestos y marchas
Salir del clóset es un acto que consiste en aceptarse y mostrarse públicamente como gay, bisexual, lesbiana, trans, queer o alguna otra identidad de la diversidad. Pues bien; durante su trayectoria como intelectual, Monsiváis hizo precisamente eso: darles visibilidad a los problemas de la comunidad LGBT+. Pero también al orgullo de pertenecer a la misma.
Desde su rol como director de la revista Siempre!, el escritor brindó una plataforma al movimiento. Allí, gracias a su labor, se publicaron los primeros manifiestos a favor de los derechos de la comunidad LGBT+.
En 1974, apoyó a la escritora Nancy Cárdenas para publicar el primer manifiesto a favor de los derechos LGBT+. El texto denunciaba los abusos policiales en contra de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Un año después también hizo posible la publicación de otro manifiesto redactado por Luis González de Alba. Además, Monsiváis firmó ambos textos junto a intelectuales como Juan Rulfo, José Revueltas, Elena Poniatowska, Pablo Gómez, Héctor Aguilar Camín y Gabriel Zaid.
Por otro lado, participó en el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria. En 1978, esta organización se convirtió en la primera en realizar una movilización abiertamente LGBT+ en México al participar en la conmemoración de la matanza del 2 de octubre de 1968. Un año después, participó en la primera Marcha del Orgullo en Ciudad de México.
Defensor de los derechos de personas con VIH
Posteriormente, durante la década de los 80, Carlos Monsiváis se convirtió en activista por los derechos de las personas que viven con VIH. Su compromiso con la causa incluso lo llevó a romper relaciones con el periódico La Jornada, donde colaboraba.
Todo ocurrió cuando el diario publicó una nota que resaltaba la supuesta disminución de casos de VIH en Cuba gracias a la medida del régimen castrista de recluir a las personas que tenían el virus. Monsiváis criticó la medida afirmando que a las personas con VIH se les estaba convirtiendo en «los leprosos del siglo XX». Más tarde fundaría Letra S, una organización sin fines de lucro que se dedica a difundir información sobre el VIH.
Ganador del Premio Nacional del Periodismo y del Premio FIL Literatura de Guadalajara, obtuvo doctorados honoris causa por la UNAM y otras tres universidades. En su obra retrató las contribuciones de figuras homosexuales a la cultura mexicana, desde Salvador Novo hasta Juan Gabriel.
Sin necesidad de salir del clóset
Por su obra, la comunidad gay no necesitó que Carlos Monsiváis saliera del clóset para abrazarlo como uno de sus principales referentes. El vínculo es tal que, al momento de la muerte del escritor (en 2010), el flautista Horacio Franco cubrió su féretro con la bandera LGBT+.
Pese a todas sus contribuciones, Carlos Monsiváis llegó a recibir críticas de parte de la comunidad LGBT+ por no declararse gay o salir del clóset. A decir de Braulio Peralta, uno de los más cercanos amigos del escritor:
«La homofobia no es exclusiva de los heterosexuales: existe entre los propios homosexuales. A quienes criticaron, y critican, a Carlos por no haber salido explícitamente del clóset les recordaría que él hizo por el movimiento gay mexicano mucho más que cualquiera de sus críticos, que se asumieron gays de siempre».
No es que Carlos Monsiváis haya evitado salir del clóset para negar que era gay. Nunca ocultó sus visitas a los baños de vapor de Ciudad de México, que en el siglo pasado sirvieron como lugares de encuentro para homosexuales.
Tampoco es que lo haya hecho para evitar insultos homófobos. Se sabe que a sus espaldas había quienes se referían a él como «La Monchi» o «la señora». Incluso, en una ocasión el político Diego Fernández de Cevallos lo llamó «joterete».
De acuerdo con Braulio Peralta, más bien Monsiváis no quería ser recordado única y exclusivamente como un escritor gay:
«El compromiso de Carlos con las causas minoritarias siempre fue patente y claro, pero no quería que se le juzgara porque su papel de intelectual era muchísimo más amplio que las minorías sexuales. Se ocupó de los indígenas, de la izquierda, de los derechos humanos, de la democracia, de la lucha civil. No quería que lo segmentaran como el escritor homosexual».
Al final, Carlos Monsiváis no necesitó decir públicamente salir del clóset para ganarse un lugar en la historia como uno de los máximos referentes del activismo gay en México.
Con información de El Universal
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