ENTREVISTA
A NÉSTOR LATRÓNICO*
Por
Hugo Luna** y
Andrea Sosa Alfonzo***
Néstor
Latrónico cuenta cómo fue ser parte del FLH, su paso por el Gay Liberation
Front en Nueva York poco después de la revuelta de Stonewall a fines de los
sesentas, el clima de época y las proclamas de toda una generación. También
charlamos sobre poesía y arte, y cómo la respuesta ante la violencia es indagar
en el «conocimiento de sí mismx».
-ARTE,
PALABRA Y ORGULLO ADQUIEREN COMO MANIFESTACIÓN CULTURAL UN GRADO DE
VISIBILIZACIÓN QUE NO SOLO ES UN ENUNCIADO POLÍTICO, UN MODO PROPIO DE HACER
PRESENTE ‘OTRO MUNDO’, SINO TAMBIÉN, QUE SE CONVIERTEN EN UNA HUELLA IMBORRABLE
PARA LA HISTORIA. ¿QUÉ IMPLICA EN ESTE SENTIDO TU VOZ POÉTICA?
-Trataré de abordar esta tríada por separado. Mientras exista la especie humana, el arte será parte de ella. Dudo de “una huella imborrable para la historia.” Todo puede ser borrado, las civilizaciones desaparecen. Allí están los restos, conocidos y desconocidos, del trabajo humano, estudiados, descubiertos.
Vivir
pensando en un sentido histórico, una huella, respecto de la propia obra, es
para quienes opinen o escriban más tarde. Quizás se olvide lo elogiado en su
momento, o se exalte lo que no fue apreciado. Es un albur. Escribir, sentir esa
voz, es lo que importa. El/la poeta desea agradar, pero a mi modo de ver,
primero escribe para sí mismx. Cuando le gusta mucho, comparte el poema. Y que
alguien, algunx, lo escuche, lo aprecie sinceramente, aunque sea sólo una
persona y una sola vez, este es su mayor deleite.
MI
VOZ POÉTICA ES ESO: UNA VOZ. ES MI VOZ, PERO NO ES MÍA.
Viene de un costado tan cercano que es inasible, y toma la forma de una voz que dicta, construye el poema con los trozos de mis emociones y deseos. Por eso creo en un Numen, o Musa, y que los griegos estaban en lo cierto. No sé qué escribo cuando lo hago. Lo sabré después, cuando lo lea, lo interprete, lo corrija, cambie su forma, lo deje ser… Me esfuerzo en apartar los pensamientos. Aquí es donde empieza el arte.
La
poesía, al menos en Argentina, es casi invisible. Recuerdo siempre la expresión
de Juan Gelman: “La poesía es la Cenicienta de la literatura” (no textual).
Esto no parece verdad respecto de otras artes. Me gusta la lírica. Pero la poesía,
y el arte, jamás fueron ajenos a la política. Ya hemos visto que lo personal es
político. El manejo que históricamente se ha hecho del arte, con sus
prohibiciones, prejuicios, persecuciones, es claro también.
La
palabra, más allá de la escritura, es poderosísima, puede ser la muerte o la
vida, de una persona o del mundo. La palabra “ahimsa” en sánscrito (no daño, no
violencia) describe mi actitud ante actos y palabras.
“Orgullo”
es una etapa del movimiento LGBTQ, una palabra de autodefinición, de descubrimiento
de la propia identidad. Aspira a ser o encarnar una revolución cultural. ¡El
“Come Out!” de 1969-70 en NY era un aullido político, hermano y descendiente
del de los afroamericanos y todos los oprimidos. Despegar el sexo biológico, el
cuerpo, del deseo, es una lucha contra las determinaciones sexuales de la
Biblia de los hebreos, que los cristianos hicieron suya llamándola Antiguo
Testamento. Así, con el cristianismo y su Biblia, se rompió con el mundo
sexual, griego y romano, y sobrevino la Era Oscura europea hasta el
Renacimiento. Pero incluso éste no eliminó, ni se lo podía proponer, los
conceptos sexuales bíblicos. Las iglesias cristianas y otras monoteístas,
sostienen que es pecado lo que era luz para los griegos. El “Orgullo” es
importantísimo, y busca una victoria cultural. El “Orgullo” es una nueva luz en
la lucha de hoy.
-¿QUERES
COMPARTIRNOS ALGUNA DE TUS POESÍAS QUE PUEDAN RETRATAR EL PRESENTE?
Si hablamos del presente histórico, creo que eso no es propiedad de la poesía. La poesía es siempre presente. Por eso leemos a Emily Dickingson, a Tu Fu, Li Po y no nos importa el tiempo. Lo mismo sucede con Praxíteles, o con el arte Maya. Cuando leí La Ilíada me pareció escrito ayer. Hay quienes dicen que sólo los poetas leen poesía… De modo que para mí el presente no tiene tiempo.
Comparto
con ustedes este poema (de Poemas Neoyorquinos)
LA
PALABRA
Y SU SOMBRA
cada
palabra tiene caminos
que son
la historia de los pueblos
cada
sonido es un mar
un árbol
un
sol
que nos llega envuelto
pero sólo el silencio
nos hace comprender
sólo
el silencio
y su sombra
-CONTANOS
UN POCO LA EXPERIENCIA DE MILITANCIA EN EL FRENTE DE LIBERACIÓN HOMOSEXUAL
(FLH) EN 1973 CON NÉSTOR PERLONGHER, ÉSE POETA ANARCO QUEER. ¿CÓMO SE
CONOCIERON?
-Yo
deseaba estar en el FLH ya en Nueva York, cuando me llegó su Declaración de
fines de 1971. Para esa época el Gay Liberation Front (GLF) se había
desbandado. Muchos de sus integrantes se habían ido a San Francisco, muchos nos
quedamos en Nueva York.
Llegué
a la Argentina, después de cinco años de ausencia, en mayo del ´73, dos días
antes de la asunción de Cámpora. Me contacté con Néstor Perlongher —de hecho,
el líder natural del Frente, aunque, igual que en el GLF, no había liderazgos—
a través de un amigo, y a los pocos días ya estaba yendo a las reuniones. Según
lo entendí, la aprobación de Néstor era muy importante, y hubo algo así como un
examen. Fue una experiencia de júbilo, mientras duró la llamada “primavera
camporista”, o sea unos tres meses o más. Se hacían fiestas, reuniones, conocí
mucha gente. En fin, una experiencia muy estimulante.
Desde
el principio entré en el grupo Eros, el más activo, a la izquierda del Frente,
en el que estaba Néstor. Con el aumento de la represión vimos reducida nuestra
experiencia militante en las calles. Eso no interrumpió nuestra acción, pero
naturalmente determinó nuestra total clandestinidad. No se tomaban fotos —muy
pocxs entonces tenían una cámara—, se usaban seudónimos, etc. Desde esa
clandestinidad, nos dio mucho impulso la publicación de una revista que nos
daba oxígeno para continuar existiendo, a la que llamamos “Somos”. Esto fue un
acierto y contribuyó a unir al grupo.
Nos
permitía seguir estando “afuera” a pesar de la clandestinidad. A partir de mi
habilidad como dactilógrafo, —hoy desconocida—, y una máquina de escribir con
letra bella y más pequeña que las celebradas, fui el tipista de los primeros
cinco números. A tal iniciativa, debemos agregarle nuestra posición ideológica
expresada en “Sexo y Revolución”, un trabajo que aún hoy despierta cierto
asombro. Es un texto para la izquierda, que utiliza su lenguaje. Para mí la
esencia de este trabajo está en la frase “no hay revolución sin revolución
sexual”, revolución que por entonces, cazaba homosexuales en Cuba y los recluía
en “campos de trabajo” o de concentración.
-A
LA LUZ DE LOS AÑOS, ¿CUÁLES CREES QUE FUERON LOS ACIERTOS Y LO QUE QUEDÓ
PENDIENTE DE LA LUCHA QUE DIO EL FLH?
-El
punto central por el que el FLH luchaba era la derogación de los Edictos
Policiales, en especial el 2do H, que castigaba a prostitutas y homosexuales.
Estos edictos, que hacían de la policía, juez y parte, no se eliminaron hasta
1998. De modo que el FLH fue un propulsor de esa iniciativa que sólo fue
lograda años más tarde. Dada la situación social y prejuiciosa de la sociedad
argentina, esto era previsible, pero no invalidaba nuestra exigencia. Néstor
creía en un triunfo de la izquierda —nunca debatimos esto en el FLH como tema
en sí—, pero yo, —sobre todo después del golpe contra Allende—, no lo veía de
este modo.
Creo
que el mayor logro, a mi entender, del GLF y del FLH fue la conquista de una
identidad, que se traduce como “orgullo”. Sin embargo, en el caso del GLF
estadounidense también hubo visibilidad para todos sus integrantes, que fueron
fotografiados como personas y no como delincuentes, así como el fin de las
razzias policiales. Además, en Estados Unidos esto llevó a una existencia
política de los homosexuales y a una consiguiente influencia en ese sentido.
Nada de esto podía suceder en la Argentina. De todos modos, con el FLH por
primera vez nos quitábamos al menos en parte la mochila de la culpa y
discutíamos cara a cara con nuestros opresores.
Con
la izquierda tratamos de establecer vínculos al menos, pero dada su
antihomosexualidad heredada no logramos su aprobación, —para entender la época,
véase la persecución salvaje, ya citada, de lxs homosexuales en Cuba en esos
años—. Más tarde, entendí que no se podía ser parte del GLF o del FLH sin haber
adquirido este principio de conciencia, sin haber echado fuera de sí la
autocompasión y la culpa, en parte al menos.
-NO
QUEREMOS PASAR POR ALTO EN ESTE DIÁLOGO, TUS VIVENCIAS EN LA ÉPOCA DE STONEWALL
CUANDO SE CUMPLIERON 50 AÑOS…
-Mis
experiencias fueron de puro júbilo. Amanecía un nuevo mundo para nosotrxs. Un
nuevo tiempo había llegado y nos encontró madurxs para un conflicto con lxs
opresorxs, que era la mayoría de la sociedad.
Discutirles
cara a cara nuestro derecho a existir, a no tener que ocultarnos en el
“closet”, a no sentir culpa por ser “diferentes” a la norma establecida según
la cual el varón existe para la mujer, y ella para el varón. Es todo un sistema
de creencias el que se vio desafiado por la rebelión de Stonewall, creencias
sostenidas desde el principio del judaísmo, islamismo, y cristianismo.
Son
más de dos mil años, desde la conversión del emperador Constantino. Además,
bíblicamente hablando, el sexo existía sólo para la reproducción. Todo lo demás
era “pecado” —recordemos al pecado de Onán—. Aún están por allí lxs que hoy
sostienen lo mismo. La calle es donde había que estar, y allí estuvimos. Sin la
calle, no hay movimiento. La rebelión que estalló en 1969 y que se celebró en
1970 con un gran desfile y una gran fiesta, sigue en pie. Se ha expandido en
gran parte del mundo, pero aún hay pena de muerte o prisión, lapidación y
castigos corporales. Además del desprecio, la condena y consiguiente expulsión
de la sociedad en muchos, quizá en la mayoría, de los países del mundo.
Por
suerte pude estar en Nueva York para la celebración de los cincuenta años
transcurridos desde la rebelión de Stonewall. No asistí a la marcha oficial,
que me pareció más celebratoria y me uní a otros primeros integrantes del ex
GLF para marchar por la sexta avenida para una continuación de la protesta
social, recordando la Marcha de 1970, cuando sentí que nacía un nuevo mundo
para nosotrxs. Así, volví a marchar jubilosamente bajo el sol de la primavera.
El
día anterior a la marcha me reencontré con mis compañerxs, en una reunión
especial sólo para quienes participaron del GLF. Descubrí, o más bien confirmé,
que habíamos sido y somos una hermandad. Fue un encuentro con mi verdadera
familia, con quienes quiero y soy querido y reconocido como hermano, el que
estuvo con todxs en momentos cruciales. Esta emoción es indescriptible y no
puedo decir nada más que se puede llamar amor.
-TAL
VEZ NOS PUEDAS CONTAR Y DESCRIBIR EL CLIMA DE ÉPOCA PARA RECUPERAR ESA
EBULLICIÓN SOCIAL QUE DESDE LOS MÁRGENES, IRRUMPIÓ EN LA «MURALLA DE PIEDRA»
(VAYA NOMBRE) PARA ENTENDER ESE MOMENTO BISAGRA DE LA HISTORIA.
-Que
un bar gay se llamara “muralla de piedra” —me gusta más “pared, o muro de
piedra”— ofrecía cierta sensación de seguridad psicológica, digamos, porque
ciertamente la policía caía igual, como cayó aquella noche de la rebelión para
llevarse gente. En aquella época, muchos lugares de encuentro gay tenían
nombres que aludían a la marginación. No era un nombre sin sentido y por ello
atraía. Aquí en Buenos Aires sólo recuerdo, por ejemplo, al bar gay
“Contramano”, no tan duro como “muralla”, pero literalmente ir de contramano es
castigado.
STONEWALL
FUE UN “TURNING POINT”: UN PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA HISTORIA.
La
pared se derrumbó y no quedaron más que escombros. De repente, los más
despreciados, los que causaban repugnancia, los “amorales” del diario La
Nación, los del pecado “innombrable” de la iglesia católica, los “mariposones”,
los putos y tortas se pelean con la Policía con piedras, botellas, palos o lo
que fuera. Y después de al menos tres noches, destapan la olla podrida de
falsedades y miserias de una sociedad. Esto ocurrió, y no es casual, en la
sociedad más opulenta del mundo en esa época, la misma que unos pocos días
después colocaba un hombre en la luna.
Pero
también Stonewall, a mi parecer, es una explosión heredera del movimiento por
los derechos de los afroamericanos, que estalla con Rosa Parks en 1955, así
como del renaciente feminismo —llamada Segunda Ola Feminista, a principios de
1960—. Un año antes de Stonewall, el líder por los derechos civiles de los
afroamericanos, Martin Luther King, había sido asesinado en abril de 1968 y en
junio de ese mismo año, asesinaron a Robert Kennedy, entonces ya candidato a la
presidencia.
Como
parte del clima convulsivo anterior y contemporáneo a Stonewall, debemos sumar
el movimiento contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos y otros países. Un
grito que era cada vez más potente. A esto agreguemos la poesía beat
—recordemos el poema Howl (Aullido) de Allen Ginsberg—, la contracultura, la
llamada “gap generation” —lxs que no querían ser como sus padres y madres—, el
movimiento hippie —el verano del amor de 1967— y el sexo libre —la píldora
anticonceptiva se legaliza en 1965—. En la música los Beatles, seguidos de los
Rolling Stones, movimientos que desnudaban el cuerpo y lo hacían bailar y
desear. Recordemos además el gran festival de música de Woodstock en agosto de
ese mismo año.
Todos
estos acontecimientos también fueron parte de esa rebelión. Las libertades
individuales para mí, que venía de un país militar-eclesiástico con todo tipo
de censuras, eran inimaginables…Este es un rápido bosquejo del contexto social
y político en que ocurre la rebelión de Stonewall.
-¿QUÉ
TE HA QUEDADO DE ESAS EXPERIENCIAS Y DE LA PRIMERA MARCHA DEL ORGULLO EN NUEVA
YORK EN 1970?
-¿Qué
me ha quedado? Pues, me ha quedado todo lo que soy. Antes de Stonewall había
una persona perseguida, hostilizada hasta no querer vivir —no voy a entrar a
describir la sociedad dictatorial argentina de la época ni mi historia
personal—. Ya en Nueva York no había padre ni madre, no había censura,
clerecía, policía y militares. Era libre de vestirme como quería y empecé a
respirar un aire donde no tenía que dar cuenta a nadie de mis actos. Pero eso
era en sí mismo Nueva York. Stonewall llevó a la cúspide esa experiencia. Fue
una libertad tras otra y la de Stonewall fue la máxima.
ENTONCES, PARA RESPONDER LA
PREGUNTA: DE STONEWALL ME HA QUEDADO LA LIBERTAD.
-¿CUÁL
ES TU MIRADA TRAS EL PASO DE ESTAS CINCO DÉCADAS, EN RELACIÓN A LOS DERECHOS
DEL MOVIMIENTO LGBTTINBQ+?
-En
cuanto a los derechos del movimiento LGBTQ —en general en NY no agregan más
letras e incluso algunxs eliminan la Q ya que que para muchxs sigue siendo un
insulto— veo un retroceso que es general a todo Estados Unidos, empezando por
el racismo.
El
mundo gay-lésbico está muy instalado. Pero si unx es negrx, eso no se perdona.
He sido más observador de lo que sucede en Argentina, me asombran y entusiasman
los cambios positivos que observo. Creo que los gays y lesbianas son quienes tienen
más aceptación y hay muchxs que han revelado su identidad. Quienes siguen
sufriendo la máxima represión es la persona trans.
Se
abren camino con mucha dificultad y reciben el castigo de la sociedad, que sólo
las personas con talentos atractivos y puntuales pueden resistir. Las personas
trans son una radicalización del ser gay o lesbiana. El gay y la lesbiana,
sigue vistiéndose como se espera —en general, como varón o mujer—. Pero lxs
trans rompen esa construcción cultural y la sociedad se vuelve violenta, no
está preparada para que le quiten ese resto de creencia bíblica. Entonces, la
lucha de lxs trans es decisiva para todo el conjunto LGBTQ. Es necesario que
haya leyes que protejan a las personas trans, que son las más perseguidas. Y
además, también sabemos que son quienes mueren más jóvenes. Las leyes son el
comienzo, pero la gente sigue pensando lo que pensaba.
De
todos modos, para el conjunto LGBTQ a nivel popular, incluso gays y lesbianas
no son aceptados si muestran su afecto en público. Esto ha pasado en los
lugares más impensables y supuestamente, progresistas, de la CABA. Si en pleno
Recoleta dos mujeres son repudiadas por besarse en público, no quiero imaginar
si lo hicieran en algún barrio, o peor, fuera de la Ciudad de Buenos Aires.
Creo que falta mucho camino por recorrer. El ghetto se ha extendido, pero sigue
siéndolo. Tanto en Estados Unidos como en Argentina, a nivel local, ciudad,
pueblo, existen ataques donde se puede perder la vida. A cierto nivel parece
estar todo bien, pero la sociedad sigue sin aceptar un beso de amor en la
calle, un abrazo apasionado y ni siquiera andar tomadxs de la mano entre dos
varones y dos mujeres.
-LA
REBELIÓN Y LA HISTORIA DE ENFRENTAMIENTO QUE SE PRODUJO CON EL
CISHETEROPATRIARCADO EN LA ÉPOCA DE STONEWALL, DIALOGA CON EL PRESENTE POR SUS
SIMILITUDES EN RELACIÓN A LOS PROBLEMAS DE RACIALIZACIÓN Y EL LUGAR DE LA
DISIDENCIA EN TENSIÓN PERMANENTE CON UN SISTEMA QUE RECONOCE DERECHOS PERO NO
AVANZA EN GARANTIZARLOS. ¿CUÁLES SON ESOS CONFLICTOS TRANSVERSALES QUE OBSERVAS
HOY, COMO PARTE DE ESTA ÉPOCA?
-Para
simplificar, creo que los conflictos transversales son directos y se mueven
según el poder que representan. Los conflictos son los de siempre y se explican
por el sistema de creencias instalado a sangre y fuego desde hace dos mil años,
como ya expresé. Desde los Edictos Policiales anulados hasta el presente, los
conflictos se han suavizado hasta la aceptación gradual para lxs LGB —siempre y
cuando no se vea, como dije, a dos hombres o mujeres besándose apasionadamente
en público—. Pero no para lxs T. Ellxs a nivel de aceptación son fronterizxs —y
están en la frontera— aunque tengan documentos no lxs dejan pasar.
Porque
el sistema de creencias con que se educa no incluye tener la libertad de
sentirse de la manera que unx quiere. O sea, un varón que se enamora de varones
o una mujer que se enamora de mujeres y se siguen vistiendo según el ropaje
correspondiente a su sexo biológico, han sido aceptados legal y socialmente,
hasta cierto punto. Pero quienes nacen biológicamente varones y se sienten
mujeres y se visten y actúan como tales, son las que más sufren. Incluso dentro
del feminismo hay sectores que no las aceptan. Yo creo que va a llevar mucho
más tiempo, pero va a haber un cambio, positivo y gradual.
-¿CÓMO
SE DETIENE LA VIOLENCIA MACHISTA Y PATRIARCAL SEGÚN TU MIRADA COMO MILITANTE Y
ARTISTA?
-Responderé
de dos maneras. En primer lugar, a nivel más simple, esa particular violencia
del patriarcado lleva muchos miles de años de historia humana registrada. Vista
aisladamente, creo que sólo la educación, empezando por la familia misma y
siguiendo con la escolar, puede tener un efecto positivo. La familia es donde
se inicia esta violencia patriarcal, desde los colores rosa o celeste que nos
asignan al nacer hasta los juegos, ropas, nombres, etc., todos elementos para
establecer, lo más fuertemente posible, la diferencia entre los sexos. Se
afirma que la mujer es más débil físicamente que el varón y al mismo tiempo se
hace todo lo posible, desde que nacemos, para que esto parezca cierto. Al
varón, desde que nace, se lo viste de celeste y se lo educa para ser “hombre”.
A
la mujer se la viste de rosa y se la educa para obedecer al varón, dicho en
general. Entonces lo que ocurre es que lxs niñxs copian los modelos de sus
padres y madres. He visto madres —la mía, por ejemplo—, que educan a sus hijos
varones para que sean “hombres”, y así lo exigen, además de los padres y otros
varones. Madres y padres son víctimas de esos valores y al mismo tiempo los
continúan. Es cierto que socialmente, esas madres serían violentamente
criticadas por sus propixs vecinxs y amigxs si así no lo hicieran. Nada peor
que un hijo mariquita. Aunque esto ha cambiado últimamente en estas tierras,
siempre recuerdo que la madre de mi novio una vez le dijo: “te prefiero asesino
a maricón”.
De
modo que cuando abordamos cómo terminar con el machismo, yo pienso e incluso
creo saber, que el machismo empieza en casa. No hay revolución cultural posible
si se sigue educando a niñas y niños en los “roles” que la sociedad ha
determinado.
De
tal manera que transgredirlos, conlleva castigos que van —según las épocas—
desde la hoguera al asesinato, el suicidio, el ostracismo, la cárcel y el
manicomio. Los gays hemos sufrido estos castigos infinitamente. Desde el GLF y
posiblemente antes, hemos estudiado mucho esta opresión.
Ahora
bien, las leyes ayudan, es verdad, pero lo varones heterosexuales van a seguir
violando y matando porque desde el nacimiento les enseñan que son superiores a
las mujeres. ¿Es posible enseñarles, a niños y niñas, otra cosa? Esta es una
gran pregunta y debe ser respondida desde el nacimiento humano, ya que los
roles sociosexuales abarcan a toda la sociedad en todas las clases sociales.
Las guerras se hacen con hombres. Como la humana es una especie guerrera,
conquistadora, voraz, codiciosa, depredadora, los varones deben ser educados
para ello. Supongo que a las mujeres no se las obliga a ir a la guerra porque
son necesarias para la reproducción de la especie.
Estudiando
la sociedad de las abejas u hormigas ¿acaso no hay similitudes? A propósito de
esto que menciono, sugiero estudiar los matriarcados que aún existen: véanse
las culturas minangkabau, en Indonesia, los zapotecas del istmo de Tehuantepec,
en México, la sociedad matriarcal Mosuo, en China, y el matriarcao —o sociedad
matrilineal— en la isla de Orango Grande, en el archipiélago de las Bijagós,
frente a la costa de Guinea Bissau. Nadie nunca menciona esto. Los medios no
hablan de ello, pero los matriarcados existen.
En
segundo lugar, que a mi criterio es el más importante, la verdad es que la
violencia machista no es diferente de la violencia en general. La violencia
machista es la violencia, no importa que la llamemos machista o nazi. Cuando la
vemos así (“himsa” en sánscrito) ponerla en algún casillero y darle un nombre
no cambia su esencia.
Quizás
el ser militante y artista, y sobre todo, el haber estudiado Vedanta (los
Upanishads, el último de los Vedas) me ha hecho poner la lupa sobre este tema,
habiéndola sufrido y sufriéndola como gay y como persona en general. Si miramos
al mundo, la violencia —en sus versiones de esclavitud, explotación económica,
masacres, guerras— está en todos lados, como lo está también el amor. Entonces,
el tema es cómo se detiene la violencia que esclaviza, que se muestra en las
guerras, en la voracidad del ser humano por poseerlo todo para tener el poder
último, como vemos en ciertas películas con esos científicos locos, o los
poderosos antiguos y actuales. Esa violencia que se deleita en la crueldad y
que parece no tener fin, salvo frente al suicidio humano, como en el caso de
una guerra nuclear —aún posible—, o la destrucción del medio ambiente —también
muy posible—. Es la misma violencia, aunque le pongamos nombres distintos. Por
eso tanto el GLF como el FLH incluían la libertad de todos los oprimidos en sus
luchas.
Entonces,
para reiterar, la violencia machista es sólo una expresión más de la misma que
cultivamos refinadamente para matarnos entre todxs. Y la respuesta, tanto en el
Budismo como en el Vedanta, es que somos violentxs porque ignoramos quiénes
somos. El saber qué y quién unx es, provee la llave de la paz y del amor. Como
la demostración de esto supera infinitamente mis posibilidades y el ámbito del
texto, ella queda para quienes deseen indagar en el conocimiento de sí mismx.
Este conocimiento de sí mismx termina con la violencia total.
*Néstor Latrónico es poeta y
artista, participó en el Gay Liberation Front, y de regreso a nuestro país se
sumó a militar al Frente de Liberación Homosexual junto a Néstor Perlongher. Ha
realizado numerosas publicaciones, entre ellas, Poemas neoyorquinos.
**Hugo Luna escribe y milita
poesía. Desde los ochentas ha realizado numerosas publicaciones de su obra
poética. Es responsable del Suplemento de Cultura de la UNER.
***Andrea Sosa Alfonzo es
feminista, periodista y comunicadora. Es Referente del Protocolo contra las
violencias sexistas en el
Rectorado de la UNER y es Directora de RIBERAS.
****Fotos
Archivo America Lee/Cedinci, Archivo Peter Hujar, Facebook personal de Néstor
Latrónico.
Graciasss/riberas.uner.edu.ar/de-stonewall-me-ha-quedado-la-libertad/
-Trataré de abordar esta tríada por separado. Mientras exista la especie humana, el arte será parte de ella. Dudo de “una huella imborrable para la historia.” Todo puede ser borrado, las civilizaciones desaparecen. Allí están los restos, conocidos y desconocidos, del trabajo humano, estudiados, descubiertos.
Viene de un costado tan cercano que es inasible, y toma la forma de una voz que dicta, construye el poema con los trozos de mis emociones y deseos. Por eso creo en un Numen, o Musa, y que los griegos estaban en lo cierto. No sé qué escribo cuando lo hago. Lo sabré después, cuando lo lea, lo interprete, lo corrija, cambie su forma, lo deje ser… Me esfuerzo en apartar los pensamientos. Aquí es donde empieza el arte.
Si hablamos del presente histórico, creo que eso no es propiedad de la poesía. La poesía es siempre presente. Por eso leemos a Emily Dickingson, a Tu Fu, Li Po y no nos importa el tiempo. Lo mismo sucede con Praxíteles, o con el arte Maya. Cuando leí La Ilíada me pareció escrito ayer. Hay quienes dicen que sólo los poetas leen poesía… De modo que para mí el presente no tiene tiempo.
Y SU SOMBRA
que son
la historia de los pueblos
un árbol
que nos llega envuelto
pero sólo el silencio
nos hace comprender
y su sombra
Referencias
Archivo América Lee CEDINCI: http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2016/06/SOMOS-n1.pdf
Archivo
America Lee CEDINCI: http://americalee.cedinci.org/wp-content/uploads/2016/06/SEXO-Y-REVOLUCION.pdf
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