VALERIA DEL MAR RAMÍREZ

MEMORIA Y MILITANCIA: LA HISTORIA DE VALERIA

DEL MAR RAMÍREZ, LA PRIMERA TRANS EN
DECLARAR EN UN JUICIO DE LESA HUMANIDAD
 
Valeria del Mar Ramírez es una de las protagonistas del libro El Nunca Más de Las Locas: "Después de 40 años se preocuparon de algunas sobrevivientes de la dictadura".
 
Florencia Valdiviezo
28 de abril de 2023
 
Valeria del Mar Ramírez fue la primera trans en declarar en el Juicio Brigadas y además, fue la primera mujer trans en ser querellante en un juicio de lesa humanidad. En diálogo con Infocielo recordó cómo fueron los días previos y posteriores a su secuestro en el Pozo de Banfield. Ahora su historia está incluida en el libro El Nunca Más de Las Locas.
 
"Salir en dictadura y pararte en la ruta en minifalda y con tetas, tenías que tener los huevos bien puestos porque te cagaban a palos y te levantaban", sostiene Valeria que actualmente es Secretaria de Derechos Humanos de AMMAR, la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina.
 
Cómo fueron los días previos a su secuestro
 
Valeria es porteña, pero se hizo amiga de chicas de la provincia: "Me dieron una plaza, que tenía que pagar, y me pusieron a trabajar de Seguí hasta la rotonda de Llavallol. Después me presentaron al jefe de calle, le tenía que pagar también hasta que un día estábamos ahí y nos arrebataron a dos".
 
Las trabajadores tenían que pagar todos los meses a quien también cobraba al juego clandestino: "Si te faltaba te arrebataban, yo le dije al jefe de calle que no le iba a pagar más porque qué cuidado tenía, por lo menos preocuparse de dónde estaba y ahí fue que empezó el conflicto también con la comisaria de Llavallol", describe.
 
"Ahí fue que más o menos nos organizamos porque las chicas vivían todas por ahí, Adrogué, Burzaco, Luis Guillón, Claypole, Rafael Calzada, pero a veces venían a preguntarnos por la Mono que vivía con la tía que hacía tres días que no sabía nada y estaba detenida", cuenta Valeria. "En ese momento la gente no tenía teléfono", recuerda, y agrega: "Entonces un día en la casa de la Perica dije vamos a organizarnos que la que vive más cerca avise".
 
"Me tenían como que era la dirigente y organizaba a las compañeras, pero teníamos muchas agarradas con la policía, nos perseguían demasiado, no era que te esposaban y te metían al coche, te pegaban, hasta que un día con una que le decían la rompe coches nos cansamos tanto que agarramos a piñas a dos patrulleros y a uno lo dimos vuelta ahí en Camino de Cintura, ya nos tenían cansadas. Fue duro", recuerda.
 
La detención
 
"A mí y a la Romina, que éramos las dos más chicas, nos tenían caladas y nos querían levantar para satisfacer sus deseos sexuales y por eso nos llevaron al pozo de Banfield", sostiene Valeria. En ese momento no las llevaron a la comisaria, que estaba en la esquina, según ella: "A veces algunos venían con olor a alcohol, uniformados, pero con olor a alcohol. Después me enteré que había un casino clandestino de oficiales y también una maternidad clandestina ahí mismo. En su declaración Valeria describe a una chica de pelo largo, delgado, demacrada, amarilla y con "todo el vestidito lleno de sangre, con botones": "La agarro de la mano y la apoyo en un piletón, porque no se podía mantener en pie y le digo quedate y le puse a llenar el balde. Cuando salgo veo que el policía tenía el bebe en brazos".
 
Ramírez sostiene que en el centro clandestino de detención había un horno en el subsuelo: "Qué puede estar haciendo un horno en un subsuelo de una comisaria. Para mí a los desaparecidos los cremaban en el Pozo de Banfield", sentencia.
 
Según cuenta Valeria ella no fue fichada en la comisaria, sino que directamente la levantaron y la llevaron al Pozo y allí tenía sus pertenencias: "Me dieron la libertad y salí, caminando, preguntando a cuántas cuadras estaba la estación de Banfield. Te podés imaginar cómo una sale", narra una situación inimaginable.
 
Hacer historia
 
Valeria estuvo 14 días en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio conocido como el Pozo de Banfield y recientemente declaró las atrocidades que padeció en una audiencia del Juicio Brigadas en el que se juzga a 16 represores por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar a casi 500 personas en varios centros clandestinos.
 
Al respecto Valeria expresó: "Llegó el día, esto pasó cuando yo tenía 20 años, después de 40 años recién se preocuparon de algunas sobrevivientes de la dictadura. A mí el juez me aceptó que sea, aparte de víctima, querellante, así que para mí es un logro".
 
Según la militante de derechos humanos, declaró todo lo que tenía que declarar: "Incluso, como le dije al juez y a la fiscal, iba a decir cosas que no declaré en ese momento por temor, por vergüenza. Me daba vergüenza a mí decir lo que pasé, de las violaciones". En el juicio, Valeria describió día por día, tortura tras tortura: cómo fue forzada a practicarle sexo oral a sus secuestradores a cambio de comida, además de ser amenazada con distintos elementos a la hora de ser violada, incluso con una rata.
 
El Nunca Más de Las Locas
 
En la edición 2023 de la Feria del Libro se está presentando El Nunca más de Las Locas, un libro de Matías Máximo que recapitula la represión y persecución de la comunidad LGTB+ durante la última dictadura cívico militar e incluso luego en democracia, del ensañamiento con el colectivo y cuestiona la cifra de los 30.000 a la vez que plantea la invisibilización de los travestis, trans, lesbianas y gays desaparecidos.
 
Consultada por las denominadas zonas rojas y la segregación que denuncian las agrupaciones, según Ramírez la situación con la policía sigue muy mal y "hay mucha violencia institucional": "En la pandemia acá en Constitución las chicas y mujeres cis que son trabajadoras sexuales, acá se vive se trabaja y hay muchos hoteles, muchos inquilinatos, casas que alquilan habitaciones, no podías salir al chino porque ya te paraban y te querían hacer poner el artículo 205, era una pelea bárbara con la policía", describe.
 
Actualmente AMMAR se encuentra trabajando para presentar en el congreso una ley que el trabajo sexual sea reconocido como cualquier trabajo: "Tener todos nuestros beneficios, tener obra social, acceso a la salud, acceso a la escuela los chicos de las madres trabajadoras, acceso a la vivienda y tener una jubilación digna, varios diputados nos apoyaron así que vamos a ver cuándo la presentamos", añade.
 
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