IDENTIDADES EN LA INDIA: HIJRA
Crespo Gómez, Ana María
18 febrero, 2022
Graciasss/insertandalucialgtbi.com/identidades-en-la-india-hijra/

Crespo Gómez, Ana María
18 febrero, 2022
En la cultura del subcontinente indio, el término Hijra,
o tercer género define a una comunidad de mujeres trans, que en su mayoría
fueron asignadas hombres al nacer, aunque han adoptado una vestimenta femenina.
En el imaginario hindú, no hay una clara separación de los sexos, las deidades
tornan entre lo femenino y lo masculino, por lo que a veces se reconoce un
tercer sexo. Como ejemplo, la India es el único país en el mundo que ha
reconocido el género “eunuco” en los documentos legales, como distinción de los
clásicos hombre y mujer.
A pesar de no ser censadas, se calcula que en la India
hay entorno a unos 3 millones de hijras. Su estatus social ha ido empeorando
desde la antigüedad, hasta nuestros días en los que están estigmatizadas como
prostitutas en la mayoría de los casos o se dedican a mendigar en las calles.
En la antigüedad, en el Imperio Mongol, servían como consejeras y cuidadoras en
la Corte y estaban socialmente reconocidas. La llegada del Raj Británico las
condenó al ostracismo.
En nuestros días, son discriminadas por considerarlas
personas trans, aunque desempeñan un papel en la cultura popular. Se las cree
capaces de bendecir o maldecir una celebración o un nacimiento, así como quitar
un mal de ojo. Se las teme en una cultura tan supersticiosa como es la India.
Como parte del activismo, Laxmi Narayan Tripathi, una
conocida mujer trans y activista, participó en 2019 en el conocido festival
hindú Kumbh Mela. En este, comentó que el objetivo es «que la sociedad india
respete a la comunidad y que la nueva generación dentro de la comunidad pueda
vivir en una sociedad que la respete», obteniendo, «educación, así como
presencia política».
Este documental puede ayudar a entender en mayor
profundidad la problemática de esta comunidad:
/www.youtube.com/watch?v=cVoY0oQ3w1gEsta iniciativa está organizada por Inserta Andalucía y
por la Universidad de Granada, gracias a la financiación de la Consejería de
Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación y al Proyecto «Educación
Transversal para la Diversidad Afectivo-Sexual, Corporal y de Género» (código
419) del Plan FIDO UGR 2018-2020.
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HIJRAS: HISTORIA Y CARACTERÍSTICAS DE ESTA
COMUNIDAD DE LA INDIA
Las hijras, una comunidad que es vista como ejemplo de un tercer género.
Sonia Ruz Comas
17 nov 2022
Referencias bibliográficas
Martín, D. (2010). Las hijras, el tercer sexo, artículio publicado en
COMUNIDAD DE LA INDIA
Las hijras, una comunidad que es vista como ejemplo de un tercer género.
Sonia Ruz Comas
17 nov 2022
Las hijras no se consideran hombres ni mujeres, sino que
son una mezcla de ambos géneros, lo que ellas mismas denominan el “tercer
género”. Esta comunidad vive en la India y sus orígenes son muy antiguos; de
hecho, en la época que el Imperio mogol se adueñó de la India (siglo XVI) las
hijras ya aparecen documentadas ejerciendo cargos importantes, como por ejemplo
el de cuidadoras de los hijos del emperador y como consejeras de estado.
En este artículo trataremos de realizar una breve
semblanza de esta comunidad, una de las más estigmatizadas de la India y que,
actualmente, está reivindicando sus derechos con fuerza. Como las hijras usan
el femenino para hablar sobre ellas mismas, en este artículo lo emplearemos
también para referirnos a ellas.
¿Quiénes son las hijras?
Como ya hemos comentado, es una de las comunidades más
antiguas de la India, y también una de las más menospreciadas. No siempre fue
así, sin embargo. Durante la antigüedad y, más tarde, durante el periodo mogol,
las hijras gozaron de enorme popularidad y respeto entre los hindúes, y también
entre los musulmanes. No fue hasta la llegada de los británicos que, lo que
antaño había sido admiración y respeto, se transformó en estigma. A partir de
entonces, las comunidades de hijras han sobrevivido con grandes dificultades, y
muchas de ellas han tenido que ejercer la prostitución para sobrevivir.
Qué son los hijras
A pesar de que también podemos encontrar mujeres, lo habitual
es que los miembros de las comunidades de hijras sean hombres que no se
identifican con este género. Estas hijras se dejan el pelo largo, se maquillan,
se perfuman y visten ropas femeninas: hermosos saris y velos, y gran profusión
de pendientes, collares y brazaletes. La mayoría de ellas han sufrido
discriminaciones (e incluso malos tratos) dentro de sus familias, que no
aceptan su identidad, y se han visto obligadas a huir y formar comunidades con
otras hijras.
¿Cómo viven las hijras?
Las hijras viven en comunidades (gharanas) regentadas por
una nayak, que suele ser la hijra más anciana. La nayak es la guru principal,
pero cada una de las hijras tiene su propia maestra, y cada una puede ser
maestra de otra hijra. El grupo de discípulas son las cheelas (hermanas).
Generalmente, las hijras otorgan sus bendiciones a cambio
de dinero para poder tener un ingreso en su comunidad. Pero, como el estigma
social todavía es fuerte, a menudo se ven obligadas a mendigar para sobrevivir.
Otras muchas acaban en el oscuro mundo de la prostitución, con las terribles
consecuencias que esto conlleva: maltrato y contagios de enfermedades venéreas,
entre ellas el VIH.
La castración es una opción que muchas de ellas llevan a
cabo, pero no es obligatorio para formar parte de una comunidad hijra. Vivir en
comunidad tampoco conlleva una renuncia a la vida sexual: la práctica del sexo
es completamente libre y una elección personal.
El tercer género en la cultura india
Si actualmente las hijras viven una clara
estigmatización, no era así en la India antigua, como ya hemos comentado. De
hecho, la religión hindú contempla perfectamente el tercer género, pues sus
dioses tienen, al mismo tiempo, energía masculina y femenina.
Efectivamente; en la mitología hindú, los dioses
masculinos (los deva) siempre tienen a su lado a su shakti o energía femenina.
Dioses y diosas no se contemplan como figuras separadas, como sí sucede en
otras mitologías, sino que son las dos caras de una misma moneda. Un dios
masculino solo, así como una diosa femenina sola, son errores teológicos. La
divinidad siempre es masculina y femenina.
Krishna y el soldado Aravana, el origen de las hijras
En el Mahábharata, uno de los libros del hinduismo (s.
III a.C), se menciona a las hijras como kinnars. En el libro se narra también
la historia del dios Krishna y el soldado Aravana. Dice el mito que Aravana,
hijo de un primo de Krishna, se lamentaba la noche antes de entrar en batalla
que iba a morir sin haber yacido con una mujer. Era cierto que podía casarse
aquella misma noche, pero ¿qué mujer querría desposarse con un hombre que, al
día siguiente, podía estar muerto?
Aravana lloraba desconsoladamente, y Krishna, conmovido
por su dolor, se transformó en una mujer, Mohini, y se casó con él. Cuando
Aravana murió al día siguiente en la batalla, Mohini lloró a su esposo y vistió
ropas de viuda.
Las hijras toman esa leyenda y la hacen suya. De hecho,
en el sur de la India son llamadas también aravanis, en honor al soldado. Cada
primavera, las comunidades de hijras se dirigen en peregrinación a Koovagam
para celebrar un festival que conmemora la historia. Allí, las hijras se
engalanan como novias, se “casan” con Aravana y festejan el acontecimiento con
una animada y colorida fiesta. Luego, rompen sus joyas, se visten de viudas y
lloran la muerte del soldado, tal y como lo lloró Mohini.
Las hijras en la cultura popular india
A pesar de la creciente marginación que han sufrido las
hijras desde el colonialismo (y que, por desgracia, aún está vigente hoy en
día), estas comunidades son muy estimadas por el pueblo de la India.
Actualmente, siguen prevaleciendo, entre las clases populares, la admiración y
el respeto que, en el pasado, se prodigaban a las hijras.
De hecho, las hijras todavía son llamadas hoy en día para
bendecir nacimientos, bodas y otros acontecimientos, ya que se las reconoce
como portadoras de la divinidad al vivir con ambos géneros. Para el pueblo, las
hijras son la expresión viviente de los dioses, aquellos que resumen en su ser
la dualidad.
Pero cuidado, porque, si las hijras pueden dar su
bendición, se cree que también pueden maldecir. Es por ello por lo que la gente
que requiere sus favores tiene mucho cuidado en compensarlas con alimento,
saris o, directamente dinero.
¿Cuál es el futuro de las hijras?
En la actualidad las comunidades de hijras de la India
están reivindicando con fuerza sus derechos, tan olvidados durante los últimos
siglos. La mayoría viven de forma muy sencilla, a menudo casi en la indigencia;
su situación se ve empeorada por la prohibición del gobierno indio de pedir en
la calle. Algunas, para poder vivir, siguen dedicándose a la prostitución.
El 6 de septiembre de 2018 se dio un pequeño-gran paso
adelante. La India despenalizó finalmente la homosexualidad y la quitó del
Código Penal. Un año más tarde, en el Kumbh Mela (el peregrinaje sagrado del
hinduismo que tiene lugar cuatro veces cada doce años), las hijras
reivindicaron el espacio que habían perdido en la religión hindú y en la
sociedad india. Actualmente, se estima que hay más de 2 millones de hijras en
la India, en plena lucha por una igualdad de derechos real y el acceso a una
vida digna y alejada de estigmas.
Martín, D. (2010). Las hijras, el tercer sexo, artículio publicado en
Sociedad Geográfica de la India.
Reportajes de Youtube, que cuentan con entrevistas
a
hijras:
LOS HIJRAS, EL TERCER SEXO
• David Martín
30/08/2010 •
Graciasss/www.lasociedadgeografica.com/blog/curiosidades/los-hijras/
• David Martín
30/08/2010 •
No son hombres ni mujeres. Propiamente no son
transexuales ni travestis. Tampoco son necesariamente eunucos, ni
hermafroditas, ni homosexuales. Más bien se consideran “transgender”. Se llaman
hijras, una de las comunidades más desconocidas, controvertidas y
estigmatizadas del mundo.
Cuenta la leyenda que, hace más de 20.000 años, el
soldado Aravan, hijo de Arjuna, se lamentaba por morir soltero el día antes de
librar la gran batalla. Había prometido su sangre a los dioses como ofrenda
para la victoria y ninguna mujer deseaba casarse con un hombre que moriría la
noche siguiente.
Pero el dios Krishna escuchó el lamento y se transformó
en Mohini, una bellísima doncella, para unirse a él.
Al día siguiente Aravan murió, y Krishna lloró por él
como una viuda.
Para conmemorar estos hechos, los hijras (también
llamados “aravanis” en el sur del país) peregrinan cada abril-mayo a Koovagam,
en Tamil Nadu, para celebrar allí su boda con Krishna y honrar al marido
muerto, engalanados como novias y como viudas en una colorida fiesta.
Hijras en el festival de Koovagam
La religión hindú destaca por no tener una definición de
sexos demasiado clara. Sus dioses a veces son diosas, o viceversa. Incluso a
veces se reconoce un “tercer sexo” que ostenta a la vez las cualidades
masculinas y femeninas.
Los hijras hacen gala de ese “tercer sexo”. Han formado
parte de la vida cotidiana en India desde la antigüedad y han disfrutado del
reconocimiento social a lo largo de la historia. Por ejemplo, durante el
imperio mogol los hijras ejercían de cuidadoras de los hijos del emperador y
consejeras de Estado, tenían amplias propiedades y sirvientes.
Pero con la llegada del imperio británico y sus estrictas
normas morales, los hijras fueron condenadas al ostracismo.
Sin embargo, su influencia en las clases populares sigue
siendo evidente en la actualidad. Se cree que poseen el poder de bendecir o
maldecir y de favorecer (o impedir) la fertilidad, por lo que habitualmente son
requeridas en el nacimiento de un bebé, una boda, una inauguración… También se
acude a ellas para librarse del mal de ojo o para solicitar su influencia antes
de una decisión importante.
A cambio, reciben generosas ofrendas en forma de dinero,
arroz, saris, azúcar, etc. Todo el mundo tiene especial cuidado con esto, ya
que una ofrenda escasa puede resultar en una maldición. Sus poderes mágicos
despiertan temor y admiración en una cultura tan supersticiosa.
Actualmente la comunidad hijra se organiza en casas,
regentadas por un “nayak” (suele ser el hijra más anciana) que les protege y
representa. Allí aprenden y practican el canto, la danza y diversos rituales
mágicos; también disfrutan del reconocimiento de las gentes del barrio.
Sin embargo, a los hijras les suele acompañar el estigma
de la prostitución, a pesar de que la gran mayoría han renunciado a llevar una
vida sexual activa.
Aunque la homosexualidad está en proceso de
despenalización (desde 2009), se les discrimina a menudo por considerarlas
transexuales. Por ello no es extraño encontrarlas mendigando unas rupias con su
particular estilo, altanero, escandaloso, burlón.
Se calcula que hay entre 2 y 4 millones de hijras en toda
India. Aunque la mayoría nacieron varones, se refieren a sí mismas en femenino
y visten ropas de mujer, sin que ello les otorgue identidad femenina, lo que
les diferencia claramente de nuestros paradigmas culturales acerca de la
homosexualidad o transexualidad.
De hecho, India es el único país del mundo que ha
reconocido el género «eunuco» como algo distinto de «masculino» y «femenino»
hasta el punto de incorporarlo como opción en el pasaporte (la «E» de Eunuch se
ha sumado a las opciones «M» de Male y «F» de Female).
En Occidente se suele hablar de ellas como “eunucos” o
“hermafroditas”, dando por hecho una modificación genital que sólo a veces se
produce, aunque es cierto que ellas mismas consideran que un verdadero hijra es
aquel que está castrado.
Distintas organizaciones, como Sangini Trust o Sangama,
luchan por el reconocimiento de sus derechos y su identidad.
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