UNA UNIDAD DE ÉLITE DEL EJÉRCITO TEBANO
COMPUESTA POR 150 PAREJAS DE HOMBRES
HOMOSEXUALES
por Joshua J. Mark,
traducido por
COMPUESTA POR 150 PAREJAS DE HOMBRES
HOMOSEXUALES
por Joshua J. Mark,
Diego Villa Caballero
17 jun 2021
17 jun 2021
El Batallón Sagrado de Tebas fue una unidad de élite del
ejército tebano compuesta por 150 parejas de hombres homosexuales formando un
total de 300 hombres. Se formó bajo el liderazgo de Górgidas, pero alcanzó la
fama bajo el mando del general Pelópidas. Permaneció invencible entre 378-338 a. C. cuando toda la tropa cayó en
la Batalla de Queronea.
La unidad militar se menciona por primera vez en el 324
a. C. en el discurso Contra Demóstenes del
orador Dinarco (lc 361 - c. 291 a. C.), pero Plutarco (lc 45/50-c. 120/125 d. C.) cuenta su historia completa en su texto
de Vida de Pelópidas. Se cree que Plutarco se basó en gran
medida en dos historiadores anteriores, Calístenes y Éforo, contemporáneos del
Batallón, cuyas obras se han perdido.
El Batallón Sagrado se desplegó a principios de la Guerra de
Beocia en el 378 a. C. bajo el mando de Górgidas, pero se hizo famoso por su
participación en la Batalla de Leuctra en el 371 a. C. y permaneció invicto
hasta la batalla decisiva de Queronea en el 338 a. C. cuando los macedonios
bajo Filipo II de Macedonia (r. 359-336 a. C.) y su hijo Alejandro (el Grande,
r. 336-323 a. C.) aplastaron a las fuerzas combinadas de Tebas y Atenas.
El Batallón Sagrado cayó junto como una sola unidad y,
según Plutarco, fueron llorados por el mismo Filipo II de Macedonia por ser
valientes guerreros. Más tarde se convirtieron en figuras legendarias que
ejemplifican el coraje y la fuerza militar. El discurso de Dinarco hace referencia
a ellos y a Pelópidas (l. C. 410-364 a. C.) como personificación de los valores
que, según él, Atenas había perdido y debía esforzarse por recuperar.
La alguna vez famosa tropa de héroes, a menudo es pasada
por alto en las discusiones sobre la historia griega, por tratarse de
homosexuales ya que el concepto de una unidad victoriosa de guerreros
homosexuales entra en conflicto con la homofobia de la actualidad. Sin embargo,
a medida de que el activismo LGBTQ + avanza más en la difusión de información,
el Batallón Sagrado de Tebas está recibiendo nuevamente el reconocimiento que
merece.
Antecedentes y
posible influencia platónica
Parece que hubo una tropa de guerreros de élite en Tebas
cuyo número rondaba los 300, antes de la formación del Batallón Sagrado, al que
hacen referencia historiadores griegos Herodoto (l. C. 484-425 / 413 a.C)
y Tucídides (l.
C. 460 / 455-399 / 398 a. C), pero el famoso grupo se formó después del 379 a.
C., cuando Pelópidas y otros exiliados tebanos en Atenas que estaban a favor de
la democracia, derrocaron a la oligarquía espartana que había tomado el control
de la ciudadela de Tebas en el 382 a. C. Una vez que los espartanos fueron
expulsados de Tebas, Górgidas organizó (o reformó) el Batallón Sagrado.
Los estudiosos continúan debatiendo si la tropa se creó
en respuesta al famoso pasaje de Platón sobre
un ejército de parejas de amantes en su diálogo El simposio. El trabajo de Platón suele fecharse en el c. 385 a. C. y, si esa fecha es
correcta, puede haber influido en Górgidas. En El simposio, el
personaje Fedro afirma que una tropa de amantes masculinos podría conquistar el
mundo:
Numerosos son los
testigos que reconocen que el Amor (Eros) es el más antiguo
de los dioses. Y no solo es el más antiguo, también es la fuente de los mayores
beneficios para nosotros. Porque no conozco mayor bendición para un joven que
comienza la vida que el tener un amante virtuoso, o para un amante el tener a un
buen amado. Porque el principio que debería ser la guía de los hombres que
quieran vivir noblemente, no es ni la familia, ni el honor, ni la riqueza,
ningún otro motivo es capaz de infundirlo tan bien como el amor. ¿De qué estoy
hablando? Del sentido del honor y el deshonor, pues sin esta cualidad ni una
ciudad ni una persona pueden hacer jamás un buen o gran trabajo. Y digo, que un
amante al que se descubra haciendo algún acto deshonroso o soportándolo de otro
sin defenderse por cobardía, le dolerá más ser descubierto por su amado que ser
visto por su padre, o por sus compañeros, o por cualquier otra persona. También
el amado, cuando se encuentra en una situación vergonzosa, tiene el mismo
sentimiento hacia su amante. Y si sólo hubiera alguna forma de hacer que un
estado o un ejército estuvieran formados por amantes y sus amados, serían los
mejores gobernantes de su propia ciudad, absteniéndose de todo deshonor y
emulándose unos a otros en el honor; y al luchar uno al lado del otro, aunque
fueran un puñado, vencerían al mundo. Ya que un hombre enamorado, en efecto,
soportaría menos, sin duda, el ser visto por su amado abandonando la formación
o arrojando lejos sus armas que si lo viera toda la humanidad. Estaría
dispuesto a morir mil muertes antes que soportar esto, y ¿quién abandonaría a
su amado o le fallaría en la hora del peligro? El cobarde se volvería un héroe
inspirado de modo que sería semejante al más valiente, ninguno hay tan cobarde
a quien el propio Amor no le inspire valor. Ese coraje que, como dice Homero, es el que
el dios infunde en el
alma de algunos héroes, lo proporciona Amor a los enamorados como algo nacido
de sí mismo. El Amor hará que los hombres se atrevan a morir solo por su amado;
aunque no sólo los hombres, sino también las mujeres. (178d-179b)
La fecha dramática del Simposio, es decir del
escenario de la historia, es el 416 a. C. Si existió un ejército de amantes
antes del Batallón Sagrado, entonces Platón puede haber estado haciendo
referencia a ellos, pero no parece que la unidad militar anterior a la que
hacen referencia Heródoto y otros se ajuste a la intervención de Fedro, ya que no se menciona
que ese grupo sea exclusivamente homosexual. Los estudiosos también continúan
debatiendo qué papel, si es que tuvo alguno, desempeñó El simposio de Jenofonte en la creación del Batallón Sagrado, pero generalmente se considera
que la fecha de composición de la obra es alrededor del 360 a. C., después de
la destacada participación de la tropa en la batalla de Leuctra.
Sin embargo, es muy posible que antes haya existido una
unidad de amantes exclusivamente homosexuales, y que Batallón Sagrado fuera
simplemente la agrupación más famosa, el académico Louis Crompton comentó al
respecto:
En la Grecia
clásica, no solo Atenas, sino también en ciudades de constitución de todo tipo,
se dieron cuenta del hecho del amor masculino. Las aristocracias, donde los
privilegiados dominaban, reconocían su poder al forjar lazos entre jóvenes
prometedores y mentores. Las democracias lo vieron como un seguro contra la
tiranía. Ya que los tiranos a veces lo prohibían... pero la principal fuente de
su prestigio era su contribución a la moral militar. En el siglo IV a.C, esta
tradición heroica llamada hieros
lochos encontró su encarnación más famosa, en el Batallón Sagrado
de Tebas. Su éxito fue hacer de Tebas, durante una generación, la ciudad -
estado más poderosa de Grecia, y su destino fue al final el destino de la
propia Grecia. (69)
El tipo de relación entre personas del mismo sexo al que
se refieren tanto Platón como Crompton es el modelo griego del amor masculino,
en el que un amante (el erastes) fomentaba el crecimiento y la
educación del amado (el eromenos), un hombre más joven. El
paradigma fue considerado un aspecto importante de la agogé, el
programa de educación espartano, que produjo a sus grandes guerreros, y como
señala Crompton, un valor moral que también era reconocido por otras ciudades -
estado griegas.
Formación y primera
acción
No hay información sobre el por qué se formó el Batallón
Sagrado, pero se cree que fue en respuesta a una agresión espartana que se
había apoderado de Tebas, así como de otras ciudades - estado, alrededor del
382 a. C. Plutarco da el relato más completo de su creación y la composición de
su personal:
“El Batallón
Sagrado, se nos dice, fue formado por primera vez por Górgidas, de trescientos
hombres elegidos, a quienes la ciudad proporcionó entrenamiento y manutención,
y que acamparon en la ciudadela de Cadmea; por eso también se les llamó el
Batallón de la ciudad; porque las ciudadelas en aquellos días se llamaban
propiamente ciudades. Algunos dicen que esta banda estaba compuesta por amantes
y amados. Y se cita una broma de Pammenes de Tebas, en la que dijo que el Néstor
de Homero no fue un buen táctico cuando instó a los griegos a formar compañías
por clanes y tribus, "que los clanes podían ayudar a los clanes y las
tribus a las tribus" ya que lo que debería haber hecho es colocar a los
amantes junto a los amados. Porque los miembros de las tribus y los clanes no
dan mucha importancia a los otros miembros de la tribu o del clan en los
momentos de peligro; mientras que un batallón que se mantiene unido por la
amistad entre amantes es indisoluble y no se rompe, ya que los amantes se
avergüenzan de acobardarse ante su amado, así como también el amado ante sus
amantes, y ambos se mantienen firmes ante el peligro para protegerse
mutuamente. Tampoco es de extrañar, ya que los hombres tienen más consideración
por sus amantes incluso cuando están ausentes que por los otros que están
presentes, como fue el caso de aquel que, cuando su enemigo estaba a punto de
matarlo donde yacía, le suplicó encarecidamente que le atravesara el pecho con
la espada, "para que" como dijo, "mi amado no tenga que
avergonzarse al ver mi cuerpo con una herida en la espalda". Esto también
está relacionado con que Yolao, quien acompañó a Hércules (Herakles) en
sus trabajos y luchó a su lado, y fue amado por él. Y Aristóteles dice que
incluso hasta sus días, la tumba de Yolao era un lugar donde los amantes y los
amados se juraban su devoción mutua. Entonces, era natural que el batallón
también se llamara sagrado, porque incluso Platón llama al amante, un amigo
"inspirado por Dios". Se dice, además, que el batallón nunca fue
vencido, hasta la batalla de Queronea. (18,1-5)
Górgidas eligió a los 300 hombres por su habilidad y
reputación como guerreros, sin tener en cuenta su clase social, y los dirigió
por primera vez en batalla durante la Guerra de Beocia (378-371 a. C.) que
estalló poco después de que Pelópidas y sus compañeros recuperaran Tebas
de Esparta. Bajo
el mando de Gógidas, su primer enfrentamiento fue contra el ejército espartano
que estaba bajo las ordenes del rey Agesilao
II (r. C. 400-360 a. C.) en 378 a. C. El ejército tebano y sus
aliados atenienses fueron superados en número y, a medida de que los espartanos
avanzaban, el general ateniense Cabrias (muerto en el 357 a. C.) ordenó a sus
hombres que se retiraran y asumieran la posición "descanso" con la
lanza levantada y el escudo sostenidos a la altura de las rodillas. Górgidas
dio la misma orden y Agesilao II, desconcertado por su evidente confianza,
suspendió su asalto y se retiró.
La batalla de
Tegira
En el enfrentamiento con Agesilaus II, Plutarco señala:
Górgidas, al
distribuir este batallón sagrado entre las primeras filas de toda la falange de
hombres armados, hizo pasar desapercibida la alta excelencia de estos, y no
dirigió su fuerza sobre un objeto común, ya que el batallón se disipó y se
mezcló con el gran cuerpo de las tropas inferiores. (19.3)
Se cree que eligió esta táctica para que el Batallón
Sagrado inspirara a los demás con su coraje y habilidad. Górgidas desaparece de
los registros históricos alrededor del c. 375 a. C. y puede haber sido
asesinado al comienzo de la batalla de Tegira o justo antes. De cualquier
manera, en el 375 a. C., Pelópidas estaba al mando de la tropa y, como señala
Plutarco, "nunca después los dividió o los dispersó, sino que tratándolos
como una sola unidad, los puso al frente de los mayores conflictos"
(19.3).
Los tebanos se habían enterado de que los espartanos
abandonaron la ciudad de Orcómeno, Pelópidas se apresuró a tomarla y
fortificarla antes de que regresaran. En el camino, se encontraron con la
fuerza espartana que regresaba y, según Plutarco, uno de los exploradores de
avanzada de Pelópidas corrió hacia él y le dijo: "¡Hemos caído en manos de
nuestros enemigos! ", a lo que Pelópidas respondió:" ¿Por qué no
decir que ellos en las nuestras? " (17.1). Colocó al Batallón Sagrado como
vanguardia y organizó un asalto de caballería. Los espartanos superaban en
número a los tebanos y ambos ejércitos atacaron al mismo tiempo, pero el
Batallón Sagrado rompió las líneas espartanas y la caballería tebana infligió
más bajas.
Los espartanos perdieron a varios de sus comandantes y,
ya en desorden, retrocedieron y abrieron un pasillo a través de sus filas,
poniéndose de pie, ofreciendo a los tebanos la oportunidad de abandonar el
campo con honor. Pelópidas ordenó a sus hombres que entraran en este camino
pero, en lugar de avanzar y escapar, cayeron sobre los espartanos por ambos
lados, dispersándolos y ganando así la victoria. Plutarco escribe que los
tebanos entonces "se retiraron a casa muy animados.
Porque en todas sus guerras contra griegos y bárbaros,
parece ser que nunca antes [los espartanos], teniendo números superiores habían
sido dominados por una fuerza [más pequeña], ni siquiera, en una batalla campal
donde las fuerzas estaban igualadas (17.5). El Batallón Sagrado había
establecido su reputación como los más grandes guerreros del ejército tebano,
al ser los primeros en derrotar a los formidables espartanos, en toda Grecia, y
esta reputación se vio reforzada por sus acciones en Leuctra.
La batalla de
Leuctra
Pelopidas había sido durante mucho tiempo amigo del
filósofo y general Epaminondas (h. 420-362 a. C.), de hecho, su relación es
advertida por los historiadores por su profundo vínculo porque a diferencia de
otros generales que competían entre sí por una mayor fama y gloria, estos dos
se apoyaron y se ayudaron mutuamente. Después de Tegira, el poder y el alcance
de Tebas aumentaron, y en un esfuerzo por detener un mayor ascenso, Esparta los
instó a aceptar unos términos de paz o enfrentar una invasión liderada por su
rey Cleómbroto I (reinó 380-371 a. C.). Epaminondas rechazó sus términos y los
dos ejércitos se encontraron en una llanura cerca del pueblo de Leuctra.
Los tebanos fueron nuevamente superados en número, pero
Epaminondas dispuso de sus fuerzas como un experto, concentrándolas en su ala
izquierda para contrarrestar la esperada táctica espartana de balancearse con
su ala derecha para flanquear al oponente. La batalla comenzó con una carga de
caballería lanzada por ambos bandos a la vez, pero la caballería tebana rompió
la formación de la caballería espartana y los hizo retroceder, quienes en su
huida rompieron las líneas de la infantería. Epaminondas luego ordenó a su
falange hoplita de
la izquierda que se moviera oblicuamente y a sus fuerzas de la derecha que se
desplazaran a la izquierda para que, en lugar de una carga directa, el ejército
avanzara en diagonal hacia el ala derecha de los espartanos. Antes de que
Cleómbroto I pudiera reaccionar, Pelópidas lideró al Batallón Sagrado en una
carga de dos tiempos hacia el ala derecha espartana y la falange de Epaminondas
llegó para presionar y romper las líneas espartanas que ya estaban en caos.
Plutarco escribe:
La falange de
Epaminondas se abalanzó sobre [el ala derecha espartana] sola y descuidó el
resto de su fuerza, pero como Pelópidas los enfrentó con increíble velocidad y
audacia; el coraje y la habilidad del ejercito espartano cayeron en tal
confusión que hubo una huida y una masacre de espartanos como nunca antes se
había visto. (23.4)
La victoria tebana rompió el poder espartano,
posteriormente, Epaminondas marchó hacia el Peloponeso, liberando ciudades del dominio espartano. Se negó a seguir el modelo
establecido anteriormente por Atenas y luego por Esparta de someter las
ciudades - estado griegas a la dominación tebana y así que, como señala
Crompton, "ganó una fama única como liberador más que como explotador"
(71). Pelópidas siguió este mismo curso de acción, marchando sobre Tesalia para
liberar a la región de la tiranía de Alejandro de Feras, pero murió en batalla
en el 364 a. C. Epaminondas continuó su guerra con los espartanos y nuevamente
llevó a su ejército a la victoria en la batalla de Mantinea en 362 a. C.,
aunque no sobreviviría.
La batalla de
Queronea
Las ciudades - estado griegas estaban, en ese momento,
debilitadas por años de guerra y fueron presa fácil para Filipo II de Macedonia
al norte. Filipo II había pasado tres años como rehén en Tebas cuando era
joven, alrededor del 367 a. C., y había observado los éxitos del Batallón
Sagrado y así como también el uso inteligente de la falange por parte de
Epaminondas. Cuando Filipo II llegó al poder, Macedonia era débil militarmente
y usó al Batallón Sagrado como modelo para fortalecerla. Tomó el concepto de
falange y lo mejoró reemplazando la lanza con la sarisa, una pica más larga con
mayor alcance, y también equipó a sus soldados con mejores espadas, armaduras y
cascos. El ejército macedonio era, esencialmente, el Batallón Sagrado en una
escala mucho mayor.
Después de que Filipo II tomó la mayor parte de Grecia,
ya fuera mediante la diplomacia o la acción militar, Atenas se alió con Tebas
para detener su progreso y los dos ejércitos se encontraron en Queronea. La
coalición ateniense - tebana estaba muy superada en número, ya que solo tenía
alrededor de 10,000 infantes y 600 jinetes en comparación con los 30,000
infantes y 3,000 jinetes de Macedonia. El Batallón Sagrado se colocó en el ala
derecha enfrentando al inexperto príncipe macedonio de 18 años, Alejandro. Los
atenienses fueron los primeros a la carga, y Filipo II cedió terreno,
atrayéndolos aún más hacía sus líneas, y luego contraatacó rápidamente con su
falange macedonia, rompiendo las fuerzas atenienses en el centro. Alejandro fue
contra el Batallón Sagrado a la derecha, mientras el centro ateniense - tebano
caía, y los rodeó.
El Batallón Sagrado estaba en este momento bajo el mando
de Teágenes, de quien no se sabe nada más, y se mantuvo firme contra el ataque
de Alejandro. Se negaron a rendirse y continuaron luchando hasta que cayó el
último de ellos. Plutarco escribe:
Y cuando, después
de la batalla, Filipo estaba inspeccionando a los muertos, y se detuvo en el
lugar donde yacían los trescientos, allí donde se habían enfrentado a las
largas lanzas de su falange, con sus armaduras, se habían mezclado los cuerpos
de unos con otros, se asombró al darse cuenta de que se trataba del batallón de
amantes y amados, rompió a llorar y dijo: " Que mueran miserablemente los
que piensen que estos hombres hicieron o sufrieron algo vergonzoso".
(18.19)
El Batallón Sagrado fue enterrado en el campo de batalla
y, más tarde, sobre su fosa común se erigió el monumento conocido como el León
de Queronea. Excavaciones del sitio en el siglo XIX descubrieron los esqueletos
de 254 hombres dispuestos en siete filas que se han identificado como los
restos del Batallón Sagrado. La Batalla de Queronea le entregó Grecia a Filipo
II y el Batallón Sagrado nunca volvió a formarse. Su legado vivió, sin embargo,
por haber servido de modelo para el ejército de Alejandro Magno que luego derrocaría al Imperio aqueménida y casi conquista el mundo.
Bibliografía
- Plutarch
• Life of PelopidasAccessed
16 Jun 2021.
Sobre el traductor
Profesional en lenguas con estudios literarios. Profesor
de castellano, escritor, traductor y entusiasta de la historia. Áreas de
interés: literatura, artefactos antiguos, la historia de las religiones, la
astrología, la arquitectura, la historia militar y del arte.
Sobre el autor
Joshua J. Mark es un escritor independiente y antiguo
profesor de filosofía a tiempo parcial en el Marist College de Nueva York.
Vivió en Grecia y Alemania y ha viajado por Egipto. Ha sido profesor
universitario de historia, escritura, literatura y filosofía.
Graciasss/www.worldhistory.org/batallon-sagrado-de-tebas/
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